Un estudio realizado por por un equipo multidisciplinario liderado por Susana Mondschein, académica de Ingeniería Industrial de la U. de Chile e investigadora del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) reveló que pacientes de isapres con cáncer de colon sobreviven un 20% más que los de Fonasa.
La investigación reveló que en una década los nuevos pacientes diagnosticados con este cáncer aumentaron un 58,6%, pasando de 2.909 personas con la enfermedad en el año 2009 a 4.615 en 2018.
Por lo general, la mayoría de los pacientes con cáncer colorrectal son mayores de 55 años, por lo que los médicos recomiendan a las personas de más de 50 realizarse chequeos preventivos. Sin embargo, la investigación mostró que más personas jóvenes se han visto afectadas con la enfermedad, con más casos nuevos en los grupos de 40- 44 años, seguido de 35- 39 años. Es por esto, que la académica recomienda que los chequeos preventivos comiencen a partir de los 45 años.
Además, el estudio informó que entre 2009 y 2018 las muertes por cáncer colorrectal subieron 53,6%. Con una notoria diferencia en la sobrevivencia de pacientes según su nivel socioeconómico y su región de residencia.
El cáncer colorrectal fue incluido en el programa GES en 2014 para garantizar la equidad en el acceso rápido al mejor tratamiento disponible y con protección financiera una vez que se sospecha que el paciente tiene esta enfermedad, independientemente del seguro de salud.
“La sorpresa fue que nos encontramos fue que la gente que está en isapre vive mucho más. La idea del GES era igualar la cancha y resulta que la gente mientras más recursos tiene le va mejor”, reflexiona Susana Mondschein.
Según el estudio, las tasas de supervivencia a cinco años son de 47% en Fonasa y 68% en isapre. Además, hubo diferencias dentro de los subgrupos de Fonasa mostrando un peor resultado a medida que empeora la condición socioeconómica (Grupo D: 54%, C: 52%, B: 46%, A:39%).
La indagación sostuvo las tasas de supervivencia no mejoraron significativamente desde la implementación del GES y el programa es insuficiente para reducir la incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal en la población. Esto se debería, entre otras, cosas, a que el programa GES no cubre la prevención.
“Estamos profundamente convencido que la parte de prevención, en general, es la que tendría un impacto más importante en mejorar las expectativas de vida una vez que te detectan el cáncer. Incluso con la prevención, si tienes suerte, puede ser que no llegues al estado de tener cáncer, te lo previenen antes que se desarrolle”, aseguró la investigadora.
El cáncer de colon es perfectamente prevenible. Se detecta a través de un examen llamado colonoscopía, donde se visualiza el interior del colon y el recto en busca de pólipos. Si se encuentra uno, se extirpa rápidamente previniendo el cáncer.