Un estudio publicado durante esta semana apunta que los casos de hepatitis infantil que se propagaron por el mundo entre 2021 y 2022 por más de 30 países, podrían deberse a la combinación de dos virus que volvieron con la pandemia.
La investigación señala que como algunos niños no estuvieron expuestos de forma temprana a virus comunes como el adenovirus (que provoca resfriados y problemas gastrointestinales) o al adenoasociado 2 (que suele requerir la coinfección con adenovirus u otros para replicarse).
Debido a no tener inmunidad a estos dos patógenos, es posible que los menores desarrollaran la enfermedad del hígado.
Los expertos de las universidades de Glasgow (Escocia) y el University College de Londres explicaron que “la hepatitis pediátrica aguda no A-E se asocia con la presencia de una infección por AAV2, que podría representar un patógeno primario o bien ser un biomarcador útil de una infección reciente por HAdV (adenovirus humanos) o HHV6B (virus herpes humano 6)”, según informó BioBioChile.
“Se necesitan con urgencia estudios más amplios para investigar el papel del AAV2 en los casos de hepatitis pediátrica”, apuntan los expertos, a lo que agregan que “también debemos comprender mejor la circulación estacional del AAV2, un virus que no se suele controlar de forma rutinaria. Podría ser que un pico de infección por adenovirus coincidiera con un pico en la exposición al AAV2, lo que habría llevado a una manifestación inusual de hepatitis en niños pequeños susceptibles”.
“Cuando se levantaron las restricciones, los niños comenzaron a mezclarse y los virus volvieron a circular libremente (…) De repente, estos niños se vieron expuestos, con una falta de inmunidad previa, a toda una batería de nuevas infecciones”, lo que pudo desencadenar las hepatitis, explicaron los expertos.