Una investigación que analizó los paleopaisajes de Quintero, es decir, cómo era el lugar en la antigüedad, reveló cómo cambió la bahía en el tiempo, debido a los cambios naturales como a la influencia humana.
En el último periodo de investigación se puede ver la presencia de materiales pesados, origen sobre el cual se presume está relacionado con las actividades de fundición de metales.
El estudio que contó con participación de investigadores del Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC), confirmó la evidencia de contaminación donde ya existían grande polémicas por los estudios de contaminación ambiental.
Basados en los análisis también se dio cuenta de las transformaciones del paisaje, como la transgresión marina que inundó progresivamente estos espacios debido al alzamiento general del nivel del mar.
Esta es una proyección desde la actualidad hacia la antigüedad:
El foco principal de la investigación era reconstruir el paisaje sumergido, pero se encontraron con los resultados del impacto del hombre en la zona, y junto a ello la contaminación con determinados metales.
“La huella de la actividad humana en el paisaje queda bien reflejada por la presencia de metales pesados identificados (Cromo, Vanadio, Zirconio, Itrio) en la sección más reciente de la secuencia ambiental. Esto puede relacionarse con las actividades de fundición de metales y el uso de plantas alimentadas con combustible de carbón”, explicó la investigadora del Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC), Dra. Valentina Flores, quien lideró el artículo publicado en Quaternary International en 2021, según recoge La Tercera.
Con el estudio también se reveló que recientemente se secaron dos grandes lagunas costeras, las cuales dominaban el paisaje de la bahía. “Esto ocurre fundamentalmente como consecuencia de actividades industriales, agrícolas y la expansión urbana, siendo la laguna Campiche -que llegó a tener una superficie de 4,5 km²- una de las más afectadas”, sostuvo el investigador de OHC, Diego Carabias. Actualmente las lagunas costeras ocupan menos de un 5% de esa superficie.