“Somos una expresión de alianza orgánica, con principios e ideales apegados al pensamiento y práctica que ejercieron nuestros antepasados en su proceso de convivencia, como también en una estrategia de resistencia digna frente al enemigo usurpador y opresor”.
Esta es una de las definiciones de la WAM o “Weichan Auka Mapu”, un grupo armado que se hizo visible en la Macrozona Sur en abril de 2016.
En mapudungún significa “Lucha del territorio rebelde” y entre sus objetivos se encuentra la maquinaria forestal, agrícola, casas patronales y “toda infraestructura destinada a saquear y explotar nuestro wallmapu”, según señala el comunicado.
También señalan como un objetivo a la Iglesia Católica, ya que “esta religión provocó grandes desequilibrios espirituales y emocionales en nuestra sociedad, incluso desmembrándonos culturalmente, ya que nuestras autoridades espirituales tales como las (os) machi fueron tildadas de hechiceras, llegando en muchos casos a asesinarlas”.
¿Cómo surgió?
Según un articulo de La Tercera, fuentes de inteligencia sostienen que es una agrupación nacida a partir de un quiebre con fue “fuente original”, que sería la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), que tiene como líder a Héctor Llaitul.
“La razón por la que se escinden son las diferencias de poder, de objetivos políticos y lucrativos con él. Eso provocó la pelea”, sostuvo un personero del gobierno de Piñera que estudió a la WAM.
Por ejemplo, la WAM estaba dispuesta a atacar parroquias y colegios, algo que la CAM no hacía, ya que se enfoca en sabotajes a forestales, grandes predios agrícolas y quema de camiones madereros.
“La CAM, si bien ha estado vinculada a varios hechos delictivos, actos de tipo terrorista, tiene un brazo político que ha conversado en algún minuto con representantes del Estado: como alcaldes, miembros del gobierno. Pero la WAM, no”, sostuvo Andrés Jouannet, diputado independiente por La Araucanía y exintendente de esa región.
Entre estas organizaciones no habría comunicación, como sí lo habría entre la WAM y la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML), otra organización paramilitar con exmiembros de la CAM entre sus filas.
“De las siete orgánicas que hay en la zona, la RML y la WAM son las más agresivas”, explicó un funcionario de inteligencia del gobierno anterior.
“Era natural que se viera una radicalización de sectores mapuches, que fundamentalmente están liderados por personas que tuvieron acceso a educación y acceso también a contactos con organizaciones de esas mismas características en el resto del mundo. Esto era la crónica anunciada: al no haber respuesta de los chilenos ni del Estado, obviamente se radicalizó y llegamos hoy a esta situación”, agregó.