El difícil presente y futuro de los niños ucranianos debido a la guerra
Esta podría llegar a ser “una generación perdida y la continuación del ciclo de violencia”, señalan representantes.
“Los niños y sus padres nos cuentan que están viviendo ‘un infierno en tierra’, en el que están forzados a pasar hambre, beber de charcos lodosos y refugiarse por los bombardeos constantes, esquivando las bombas, balas y minas terrestres mientras huyen”, explicó el vicedirector ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Omar Abdi, al Consejo de Seguridad de la ONU.
La vulnerabilidad de los niños y niñas ucranianas ha ido en aumento desde que inició la guerra en ese país, donde se han registrado 14 millones de personas que han abandonado el país, la mitad de ellos menores de edad.
Muchos de ellos han visto a sus familias separarse ya que los hombres mayores de 18 años deben quedarse para combatir, mientras que los ataques del ejército han cobrado la vida de al menos 213 niños y herido a otros 389.
Junto a esto, las autoridades de Ucrania anunciaron que Rusia habría deportado a más de 210 mil menores de edad desde el inicio de la guerra, violando la Convención de Ginebra. Por su parte Moscú sostiene que quienes han llegado a ese país lo hacen en calidad de “refugiados”.
“Cuando se llevan a nuestros niños, lo que hacen es destruir la identidad nacional, y privar a nuestro país de su futuro. Les enseñarán allá a nuestros niños, en ruso, la historia que Putin les ha contado a todos”, comentó en televisión la Defensora del Pueblo de Ucrania, Lyudmila Denisova.
En el camino que los menores enfrentan por la guerra, los niños corren riesgo de explotación, enfrentan el trauma del desplazamiento que afecta a largo plazo, además de la separación de sus familias y la irrupción de sus rutinas, como ir al colegio.
Abdi mencionó que los colegios en Ucrania están siendo usados para otros propósitos, como bases militares, bodegas, refugios y centros de información.
“Las escuelas son una línea de vida para los niños, sobre todo en un conflicto: son un espacio seguro, con rutinas que proveen protección del daño y una sensación de normalidad. Además, las escuelas son un conducto crítico de información sobre los riesgos de los artefactos explosivos, junto con ser un conector para los servicios sicosociales y de salud esenciales”, señaló Abdi.
Por su parte, la embajadora de Reino Unido en Naciones Unidas, Barbara Woodward, agregó que el riesgo para niños y niñas ucranianas es real, lo que calificó que podría llegar a ser “una generación perdida y la continuación del ciclo de violencia”.