La crisis de salud en el mundo se manifiesta de diversas maneras y una de ellas es la obesidad, ante este panorama, Chile fue calificado como uno de los países donde la carga epidemiológica de la obesidad en adolescentes y adultos es notablemente alta al compararlos con otros países de la OCDE.
Esto indagó el informe de The Economist Intelligence Unit además de las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sostienen que hacia 2016 el 28% de los adultos y el 14% de los adolescentes en Chile vivían con obesidad en 2016, lo que aumentaría a 36% y 17%, respectivamente para 2030.
“A ello se suma que el Primer Mapa de la Obesidad en Chile, da cuenta de la incidencia de la salud mental y constata que el 66% de las personas con obesidad sufre de ansiedad. Más relevante aún, más de un tercio de las personas con obesidad sufre depresión, y tienen 1,4 veces más riesgo de padecer depresión que una persona con peso normal”, explicó Rony Lenz, investigador principal del Estudio y Director Programa “Master in Business Administration con Especialización en Salud”, de la Universidad Andrés Bello (UNAB), según informó La Tercera.
Otro de los puntos relevantes que hacia el sur de Chile la prevalencia de obesidad es mayor. Según el estudio de Lenz Consultores, la Región de Aysén tiene la mayor proporción de personas que viven con obesidad con un 44,3%, seguida de la Región de Los Ríos (43,83%), y La Araucanía (41,09%).
“No sólo existe una alta comorbilidad entre obesidad y patologías de salud mental, sino que además esta asociación dificulta el tratamiento de ambas. Esto hace necesario un abordaje multidisciplinario, dado que los tratamientos de salud mental no ayudarán significativamente en el peso, y por otra parte, los tratamientos aprobados para la obesidad, no mejoran la sintomatología de la esfera mental”, agregó para el mismo medio el Dr. Arturo Zumaeta, psiquiatra de adultos del Centro de Obesidad y Enfermedades Metabólicas de la Universidad de Chile.
“En ocasiones los tratamientos psiquiátricos pueden generar un aumento de peso; y en contraste, los tratamientos usados para bajar de peso, pueden descompensar una patología psiquiátrica. Todo esto hace imprescindible el trabajo en equipo, para responder adecuadamente a las necesidades de nuestros pacientes”, añadió.