El duelo prolongado es declarado un trastorno
El término fue incluido como trastorno dentro de la “biblia de la psiquiatría”, tras años de discusión y fuerte rechazo.
La entidad psiquiátrica más importante en Estados Unidos añadió un trastorno nuevo a su manual, se trata del duelo prolongado, por lo se espera un avance en la pregunta de ¿Cuánto tiempo debe durar el duelo?
Esta medida fue muy controversial y hace que los médicos consideren el duelo intenso como objeto de tratamiento médico. La decisión llega en medio de la pandemia del Covid-19, donde muchas personas han perdido seres queridos de manera inesperada.
El duelo prolongado y su diagnóstico describe a una porción reducida de la población que está incapacitada y sufriendo tras un año de una pérdida y siendo incapaz de retomar sus actividades.
Ante esta noticia, es posible que se destinen recursos para la investigación y tratamientos para esta patología. Por ejemplo, la naltraxona, un medicina para tratar adicciones, que está actualmente en fase de ensayo clínico para terapia de duelo.
Hace tres décadas que expertos en la materia sugieren que el duelo debería clasificarse como una enfermedad mental, pues afirman que dado que la sociedad suele aceptar el sufrimiento de los afligidos como algo natural, no se les dirige a un tratamiento que pudiera ayudarlos.
“Eran los viudos y viudas que vistieron de negro el resto de su vida, que se apartaban del contacto social y vivían el resto de su vida en memoria del cónyuge que habían perdido”, explicó a The New York Times Paul S. Appelbaum, presidente del comité directivo que supervisa las revisiones de la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales.
Por otro lado, los detractores de la iniciativa afirman que la designación corre el riesgo de hacer patológico un aspecto fundamental de la experiencia humana.
Se alerta también la presencia de falsos positivos, vale decir, personas en duelo a las que los médicos les dicen que tienen enfermedades mentales cuando en realidad están superando, lenta pero naturalmente, sus pérdidas.
Una investigación sugiere que para la mayoría de las personas, los síntomas del duelo alcanzan su punto máximo en los seis meses posteriores a la muerte. Se calcula que un 4% se queda “atascado y abatido”, manteniendo problemas de humor, funcionamiento y sueño a largo plazo.
El diagnóstico, publicado la semana pasada en la edición actualizada del manual, supone un gran avance para quienes llevan años sosteniendo que las personas con un duelo intenso necesitan un tratamiento adaptado.
Se espera que si el diagnóstico pasa a ser de uso común, es probable que se popularice y aparezcan avances en tratamientos, fármacos e intervenciones en línea.