Desde que comenzó el proceso de vacunación contra el Covid-19, más de trece millones de personas se han vacunado con la tercera dosis o dosis de refuerzo, un proceso que partió en agosto pasado y su efecto fue el esperado: Reducir significativamente las muertes y hospitalizaciones.
Además, fue crucial en el combate de Ómicron, ya que no aumentaron significativamente los cuadros graves ante el gran número de contagios.
Sin embargo, expertos en salud creen que el efecto de la primera dosis de refuerzo está perdiendo su efectividad para combatir contagios. Esta revelación surge a partir del aumento de casos en personas de este grupo.
Se detectó que el número de casos en personas con tres dosis es similar a quienes no se han vacunado.
Cada 100 mil personas con tres vacunas hay 656,6 contagios. Mientras, con dos dosis hay 631,1. Y en quienes no están vacunados son 654,7.
Incluso, proporcionalmente, son más los contagios en personas con tres dosis.
No obstante, la protección frente a cuadros graves se sigue manteniendo.
Los pacientes ingresados a la UCI no vacunados son 5,7 por cada 100 mil. Mientras, quienes tienen dos dosis son 2,7, y quienes tienen el refuerzo son 0,6 por cada 100 mil habitantes.
“Muchos de los primeros vacunados en agosto están cumpliendo los seis meses, y se han resistido un poco a administrarse la cuarta dosis, entonces este grupo de gente explica este aumento de incidencia entre los inmunizados”, explicó a La Tercera Gabriel Cavada, epidemiólogo y académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile.
“Es algo común después de un tiempo”, añadió el experto.
Vale destacar que el 7 de febrero comenzó la vacunación con la segunda dosis de refuerzo (cuarta dosis). Esto ocurrió en medio del alza de contagios por Ómicron y al día de hoy se ha administrado a casi dos millones de personas.
Según expertos, es fundamental recibir este nuevo refuerzo para mantener la protección frente al virus del Covid-19.
En este sentido, el exsubsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, sostiene que los pacientes inmunizados que sufren cuadros graves tienen antecedentes médicos u otras complicaciones.
“En general son pacientes sobre 60 años, que tienen una carga de enfermedad importante, son hipertensos, diabéticos, muchos de ellos tienen insuficiencia renal crónica, algunos de hecho están en hemodiálisis o son trasplantados, o tienen carga de enfermedades inmunosupresoras. Además, un porcentaje no despreciable son obesos mórbidos o están con sobrepeso”.
Además, la vacuna también incide en la mortalidad, ya que en no vacunados la tasa es de 5,6 por cada 100 mil personas; mientras quienes solo tienen esquema basal, la incidencia es de 4,5. Mientras, quienes poseen el refuerzo son 1,2 casos por 100 mil personas.