A penas en el primer fin de semana luego de asumir, el Gobierno de Gabriel Boric tuvo dos conflictos con la Iglesia Católica, los que podrían augurar las relaciones que entre ambos mundos.
“No quiero entrar en una guerra con la Iglesia. Yo no tengo el don de la fe, respeto mucho todas las manifestaciones espirituales y tengo un tremendo respeto por la labor que han realizado las Iglesias con quienes más sufren, pero acá hay una cuestión que es inaceptable”, manifestó el Presidente Boric en entrevista con las radios.
El primer impass se generó con el sacerdote Felipe Berríos, el cual encabezaría “un nuevo programa nacional de trabajo en los campamentos de Chile” según información de la Compañía de Jesús, opción que rápidamente fue desechada por el mandatario.
Por otro lado, el Presidente Boric también criticó la presencia de los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati en la oración ecuménica por el pueblo de Chile, realizada el sábado en la Catedral de Santiago. “Me molestó ver en la Catedral al señor (Ricardo) Ezzati y gente que ha actuado como encubridora de graves delitos contra los niños que están aquí presentes”, señaló en un acto ciudadano en La Pintana.
Relación con el mundo religioso
Actualmente no hay claridad de cómo seguirá funcionando la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (Onar), encargada de vincular a las iglesias con el gobierno y que hoy opera desde la Segrpres con Giorgio Jackson.
Desde este ministerio han dicho que se está trabajando en un nuevo “diseño” para los próximos cuatro años en lo que se refiere a la Onar y si implica o no reformular su funcionamiento.
“El gobierno puede hacer lo que quiera con los temas administrativos, pues la Onar está creada con una resolución exenta”, dicen quienes conocen la estructura de esta oficina.
“Nosotros le pasamos a la subsecretaria Lobos una propuesta de borrador que actualizaba el reglamento orgánico del ministerio para crear a la Onar a nivel de departamento. Es lo mínimo que merece la relación con las Iglesias, fundamentalmente las no católicas, quienes se relacionan con el gobierno a través de la Onar”, manifestó el exsubsecretario Máximo Pavez.
Creencias del nuevo Gobierno
Comparado con administraciones anteriores, los integrantes de este nuevo Gobierno son mayoritariamente ateos o agnósticos, partiendo por el propio Presidente.
En 2016, la actual ministra de la Segegob, Camila Vallejo, se negó a abrir la sesión de la Comisión de Ciencia y Tecnología “en el nombre de Dios”, generando molestia en José Antonio Kast quien también era diputado. Vallejo argumentó: “me están obligando a citar a Dios en vano, cuando soy reconocidamente atea”.
Por su parte, Antonia Orellana, actual ministra de la Mujer, ha sido más crítica con la Iglesia Católica. De hecho ella fue una de las 200 manifestantes que entró a la Catedral de Santiago para manifestarse a favor del aborto libre en 2013, cuando se desarrollaba una misa dirigida por el cardenal Ezzati.Esto provocó que la Catedral estuviera cerrada por varios días debido a la “blasfemia”.