Regreso a clases y uso de mascarilla: Estudio concluye que utilizarlas no se asocia a menor transmisión del Covid-19
El estudio “no analiza la efectividad de la mascarilla, sino la implementación en un entorno real muy concreto”, señalaron expertos.
El regreso a clases de forma presencial sigue siendo un tema de interés para los diversos actores involucrados, y es que significa que hay un gran número de estudiantes en un espacio reducido, por lo que las oportunidades de contagio de Covid-19 suben.
Sin embargo, un nuevo estudio apunta al uso de la mascarilla y sostiene que no ha sido un factor determinante para frenar la expansión del coronavirus.
Se trata de una investigación realizada por investigadores catalanes, la cual fue realizada al comparar a los mayores de seis años (que deben usar mascarilla obligatoria en clases) frente a los menores de seis (quienes no deben usarla).
Los expertos encontraron que no hay diferencias entre la transmisión o incidencia del virus de ambos grupos. Eso sí, recalcan que la investigación aún no ha sido revisada por pares ni publicada en una revista científica, además, tampoco se puede extrapolar a otros entornos como cines o centros comerciales.
“Analizamos el primer trimestre del curso, una época en la que, por cada caso positivo, se hacía un cribado (búsqueda de la enfermedad en personas sin síntomas) a los compañeros y podíamos ver la transmisión que había en cada grupo de edad. Si la implementación de la mascarilla tuviese un efecto de reducción significativa de la transmisión, encontraríamos menos transmisión en primero de primaria que en el último curso de la educación infantil. Pero no hay diferencias entre estos dos”, sostiene Clara Prats, física e investigadora del grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC).
La experta matiza que el estudio “no analiza la efectividad de la mascarilla, sino la implementación en un entorno real muy concreto: la escuela”.
Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo del Instituto de Salud Global (ISGlobal), señala que esto no significa que las mascarillas no hayan funcionado: “La mascarilla protege, pero en niños pequeños de tres a 11 años, donde la transmisión es más baja y las actitudes de riesgo son diferentes a las de los adolescentes, el impacto de esta medida es más modesto”.
Una de las explicaciones tiene que ver con la cantidad de horas que los niños pasan en la escuela, ya que con el tiempo las mascarillas van perdiendo su efectividad, además de que a veces no se acopla bien a la forma de la cara, por lo tanto también hay fugas.
La influencia de la edad
Para Prats, un factor que sí es determinante es la edad, ya que “la incidencia y la transmisión aumentan gradualmente a medida que se incrementa la edad”, lo que puede estar relacionado con la respuesta inmunológica innata.
“Hay una repuesta local de la mucosa respiratoria a nivel nasal y de los bronquios”. “Esta es la que es más potente entre los niños o tiene un radar de acción más hábil para detectar antígenos extraños, destruirlos y evitar que se repliquen en la mucosa”, sostiene Toni Soriano, pediatra de la Unidad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital Vall d’Hebron, ya que a medida que los niños crecen, esa respuesta local se va perdiendo.