Estudio en EE.UU.: Casi la mitad de quienes están contra el aborto ayudarían a un ser querido a realizarse uno
“A primera vista, estas personas pueden parecer hipócritas. No lo son”, señalan los autores del estudio.
Una interesante investigación se llevó a cabo en Estados Unidos, la cual reveló que cerca del 50% de quienes se oponen al aborto ayudarían a algún familiar o amiga a realizar trámites para que se haga este procedimiento, además, una mayoría les brindaría apoyo emocional.
El estudio publicado en la revista Science Advances mostró que las personas están dispuestas a cruzar sus barreras ideológicas y partidistas con tal de ayudar a alguien de su círculo cercano, lo que fue denominado con el término “benevolencia discordante”.
“A primera vista, estas personas pueden parecer hipócritas. No lo son”, manifestó en un comunicado la socióloga de la Universidad de Nueva York y autora principal del artículo, Sarah Cowan. “Están en una encrucijada moral, arrastrados por su oposición al aborto y por su inclinación a apoyar a las personas que les importan”.
Desmenuzando los datos
Del total de las personas que se oponen moralmente al aborto, el 76% se mostró a favor de dar apoyo emocional a alguien cercano que se realizaría este procedimiento, una cifra no tan lejana con el 96% de quienes no se oponen moralmente (o quienes cuya opinión depende de las circunstancias).
Eso sí, el tipo de apoyo también varía, lo que se ve reflejado principalmente en el significado social del dinero, es decir, que ven al dinero como un medio para promulgar los propios valores.
Solo el 6% de quienes se oponen ayudarían al ser cercano costeando el procedimiento y el 45% pagaría costos secundarios.
Por otro lado, el 54% de los que no se opone ayudaría a su ser querido costeando el procedimiento, que cuesta cerca de 500 dólares en el primer semestre de embarazo.
Descifrando el comportamiento
Basados en las entrevistas realizadas para el estudio, los expertos señalan que las personas están dispuestas a ayudar pese a su oposición interna, las que clasificaron en tres racionalizaciones principales: conmiseración, exención y discreción.
La conmiseración hace referencia a que las personas son dignas de atención, a pesar de sus imperfecciones en un mundo imperfecto; la exención apunta a hacer una excepción particular con los seres queridos; y la discreción, en que la idea de que lo que está bien o mal es inherentemente personal, no universal.
Expertos sostienen que hay mucho interés en explicar el comportamiento de ayuda, con factores que van desde el acto de amabilidad (haciendo que una persona se sienta bien consigo misma), hasta el sentido del deber para/con sus redes de parentesco (y la expectativa de reciprocidad en el futuro).