El proceso de traslado de la figura esculpida en roca basáltica comenzó este lunes, pero se embarcará este 28 de febrero desde Valparaíso de vuelta a Rapa Nui.
Las gestiones se iniciaron en 2018 por la Comisión de Desarrollo de Isla de Pascua (Codeipa), el Consejo de Ancianos y la Comunidad Indígena Ma’u henua.
“Hoy es un día inédito. Por primera vez retornará un moai a la Isla desde el continente. Sin duda que esto se enmarca en un trabajo que iniciamos hace años con el retorno de diversas colecciones y ancestros a su tierra natal”, dijo la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, en una ceremonia realizada junto a miembros de la comunidad Rapa Nui.
Hoy la ministra @Consuelovaldesc encabeza la ceremonia de despedida del Moai conocido por el Pueblo #RapaNui como Moai Tau, el cual fue alojado desde 1870 en el @MNHNcl y que será recibido en la isla dentro del MAPSE pic.twitter.com/kAhJVf9ppb
— Ministerio de las Culturas (@culturas_cl) February 21, 2022
La estatua, que pesa 715 kilos, necesitó del trabajo conjunto de personal del Museo Nacional; del Centro Nacional de Conservación y Restauración; y de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar). Además, se necesitó la construcción de una base especial y embalaje, lo cual añadió peso a los 1.255 kilos totales del empaquetado.
De regreso a su origen, se exhibirá en el Museo Antropológico Padre Sebastián Englert de Rapa Nui.
Vale recordar que moai significa “el rostro vivo de nuestros ancestros” en el idioma pascuense. “Tal como su nombre lo dice, los moai fueron construidos con el fin de recordar y preservar la energía de los nativos que habían muerto. Esto era muy importante para ellos que creían que los no vivos poseían una energía llamada “mana” con la cual controlaban y protegían a la tribu y controlaban las cosechas, cultivos y animales. Los moai canalizaban la energía (el mana) y lo atraían a tierra”, dice el sitio del Parque Nacional Rapa Nui.
Este moai en específico fue traído por una expedición de la corbeta O’Higgins en 1870, tripulada por José Anacleto Goñi y tenía como objetivo traer una de las piezas isleñas para la colección del Museo Nacional. Como anécdota, se puede destacar la presencia en la tripulación de un joven Arturo Prat de 22 años.