Desde que comenzó la campaña de vacunación contra el Covid-19, numerosas mujeres informaron sobre la alteración de su ciclo menstrual. Algunas dijeron que sus periodos se retrasaron, mientras que otras sufrieron dolores a raíz del sangrado, cosa que no les pasaba antes con la misma intensidad. Incluso, algunas mujeres posmenopáusicas habían vuelto a menstruar.
El estudio publicado en la revista Obstetrics & Gynecology Journal revela además que las mujeres inoculadas tenían ciclos menstruales ligeramente más largos después de recibir la vacuna que las no vacunadas, pero esto se regulaba en uno o dos meses.
Por ejemplo, se destaca que alguien con un ciclo menstrual de 28 días y siete días de sangrado, seguiría teniendo un periodo de siete días, pero el ciclo duraría 29 días. Aunque, este desfase de un día se podía extender a dos en aquellas mujeres que recibieron dos dosis dentro de un mismo ciclo.
“Los cambios observados en el estudio no eran significativos y parecían ser transitorios”, dijo Hugh Taylor, uno de los doctores a cargo de la investigación.
“Quiero asegurarme de que disuadimos a la gente de esos mitos falsos que andan por ahí sobre los efectos en la fertilidad. Un ciclo o dos en los que los periodos se desvían pueden ser molestos, pero no van a ser perjudiciales desde el punto de vista médico”, agregó el especialista.
Por otra parte, se advierte a las mujeres postmenopáusicas que, después de la vacunación o no, han vuelto a sangrar, acudir a un médico, porque podría tratarse de alguna anomalía grave.
Los investigadores estudiaron a 4.000 mujeres en tiempo real, 2.400 que se vacunaron contra el coronavirus y unas 1.550 que no estaban vacunadas. Todas de Estados Unidos de entre 18 y 45 años que habían llevado registro de sus periodos menstruales durante al menos seis meses.
Los hallazgos fueron evidenciados en el ciclo de un grupo pequeño de 380 mujeres. Sin embargo, el estudio no sería representativo de la población general, debido a su muestreo.
Natural Cycles a través de aplicación hizo el seguimiento. En esto se demostró que las usuarias tienen más probabilidades de ser blancas y con estudios universitarios que la población estadounidense en general. Además, son más delgadas que el promedio de las mujeres estadounidenses —el peso puede afectar a la menstruación— y no usan anticonceptivos hormonales.
Esto significa que este grupo en particular tiene más probabilidades de sufrir esta alteración.
A pesar de esto, el llamado de las autoridades y la comunidad científica sigue siendo a continuar con la vacunación. Los hallazgos de este estudio son leves y no perduran en el tiempo