¿Por qué los museos holandeses se transformaron en peluquerías?
Bares y restaurantes habían abierto anteriormente de forma clandestina, pero ahora la rebelión fue del área cultural.
Cortarse el pelo, arreglarse la barba o hacerse la manicure rodeado de obras de Van Gogh y de orquestas fue posible en Holanda, ya que algunos museos, teatros y auditorios se transformaron en salones de belleza por un día.
El hecho fue parte de una protesta que realizó el área cultural del país ante las restricciones tomadas por el Covid-19.
¿Qué pasó en Holanda?
Hace algunos días el gobierno de ese país relajó las medidas restrictivas para enfrentar la pandemia, permitiendo que abrieran sus puertas las tiendas no esenciales, los gimnasios, peluquerías, salones de belleza e incluso los burdeles, pero el área cultural se mantuvo cerrada.
Bares y restaurantes habían abierto anteriormente de forma clandestina, pero ahora la rebelión fue del área cultural.
Peluqueros cortaron el pelo mientras la orquesta tocaban la Sinfonía n° 2 de Charles Iver en el Concertgebouw de Ámsterdam (la sala de conciertos más importante de la capital), mientras que barberos y manicuristas hacían lo suyo junto a obras de Van Gogh.
Por otro lado las personas también hicieron yoga y gimnasia en las salas del Rijksmuseum y el Mauritshuis.
“Queríamos que comprendieran que una visita al museo es segura y que debemos estar abiertos”, señaló la directora del museo Van Gogh, Emilie Gordenker en AFP, quien también hizo énfasis en preocuparse de la salud psicológica, que la institución representa “la propia situación mental de Vincent”.
La ministra de Cultura de ese país, Gunay Uslu, se mostró comprensiva con la protesta, pero pidió precaución. “El sector cultural está llamando la atención sobre su situación de forma creativa. Entiendo el grito de ayuda y que los artistas quieran mostrar todo lo bello que tienen para ofrecernos. Pero la apertura de la sociedad debe ir paso a paso. La cultura ocupa un lugar destacado en la agenda”.
