No siempre la evolución de los virus significa que disminuyan su virulencia

FOTO: MIGUEL MOYA/AGENCIAUNO

Actualmente la variante Ómicron es la dominante a nivel mundial. Ésta a ha sido considerada como menos agresiva pero más contagiosa, aquello ha puesto sobre la mesa la interrogante de si los virus se transforman en menos virulentos con el paso del tiempo, lo que podría marcar el fin de la pandemia de Covid-19.

La variante Ómicron se ha transformado en los últimos meses como la principal variante en circulación, superando a Delta. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de más de 357.000 análisis realizados, 147.000 correspondieron a Delta mientras que más de 208.000 fueron de Ómicron.

La OMS se ha refirió a la evasión inmunitaria como la culpable del aumento de casos. Mientas que un estudio realizado en Sudafrica señaló que la presencia de síntomas graves o muerte por Ómicron podía ser un 25% menor en comparación a Delta, debido a la infección previa o la vacunación.

Las características de Ómicron, a diferencia de las otras variantes de Covid-19, han puesto sobre la mesa el pensamiento que los virus siempre mutan y evolucionan para transformarse en menos virulentos, haciendo alusión a la “Ley de disminución de virulencia”.

La “Ley de disminución de la virulencia” fue planteada por el epidemiólogo Theobald Smith en el siglo XIX, proponiendo que los patógenos evolucionan para dejar de matar al huésped, ocasionando síntomas más leves y logrando que sus portadores continúen con sus rutinas y ayuden a una mayor transmisión.

Theobald Smith

Sin embargo, esta teoría ha sido refutada por varios expertos quienes afirman que las mutaciones se deben más a la interacción del virus con distintos factores, que a una conciencia evolutiva de los patógenos, dificultando la predicción de algún patrón.

“Muchas veces ocurre que se humaniza a los patógenos o se les asigna una personalidad y ese es un problema, pues al virus solo necesita replicarse y subsistir, no le importa, ni le viene ni le va si produce o no produce síntomas”, explica Nicolás Muena, investigador de la Fundación Ciencia y Vida a La Tercera.

En el mundo, hay más de 9 mil millones de personas vacunadas, lo que ha hecho ir adquiriendo una barrera de defensa contra el Covid-19 y sus diferentes variantes.

Andrew Pekosz, profesor de microbiología de la Universidad Johns Hopkins, relacionó esta inmunidad adquirida con las mutaciones del Covid-19 afirmando que:

Es difícil determinar con nuevas variantes como Delta y Ómicron si las variantes están evolucionando para ser más o menos virulentas. Esto se debe a que estas variantes surgieron en un momento en que teníamos una gran inmunidad al SARS-CoV-2 en ciertos países

“Los virus, para poder seguir replicándose y transmitiéndose, van mutando de forma azarosa y, aquellos virus que se producen con mutaciones al azar que logran evadir algunos anticuerpos producidos por los individuos que tienen inmunidad, se van a ir seleccionando. Esto es selección natural debido a esta presión selectiva”, añade el experto Nicolás Muena.

Además, Muena comenta que “una de las hipótesis que ha tomado más fuerza es que varias de estas variantes como Ómicron, que acumularon muchas mutaciones en un periodo corto de tiempo, se puede haber generado en individuos inmunodeprimidos”.

 Casos de disminución de virulencia

La mutación de los virus depende de muchos factores y la “Ley de disminución de virulencia” pero en la mayoría de los casos esto no se cumple, si existen algunas excepciones en donde esta teoría se cumple y los virus mutan para hacerse menos virulentos, como el ejemplo de la atenuación natural del Dengue en isla de Tonga u otros tipos de coronavirus conocidos.

En la actualidad, conocemos siete coronavirus humanos y cuatro de ellos están atenuados, que son los que nos infectan a casi todas las personas. Los coronavirus activos humanos ya están todos muy atenuados y apenas causan un refriado común de invierno. Yo espero que con este pase lo mismo, dijo el virólogo Luis Enjuanes al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).