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La importancia de Afganistán: La nación que las potencias mundiales han querido controlar pero han fracasado

aAfganistán, valle de Bamiyán FOTO: Valle de Bamiyán, Afganistán (Unesco) ROLAND LIN/UNESCO - Europa Press

El país ybicado en el centro de Asia –comparte fronteras con China a Irán, y está próximo a Rusia e India– ha sido zona de encuentro de distintos imperios y rutas comerciales.

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17 Agosto, 2021

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Durante el siglo XIX y principios del XX fue el Imperio Británico, en 1979 la Unión Soviética y en 2001 Estados Unidos y sus aliados, todas estas naciones han intentado controlar Afganistán, país que en la actualidad está bajo el régimen de los talibanes.

El interés de las potencias mundiales por este país se debe a que es una nación estratégica a nivel geopolítico. Ubicado en el centro de Asia –comparte fronteras con China a Irán, y está próximo a Rusia e India– ha sido zona de encuentro de distintos imperios y rutas comerciales.

Según, Alberto Rojas rector del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, explicó a Emol que “la relevancia de Afganistán ha ido cambiando a lo largo del tiempo”, y que, “en términos concretos, cobró importancia geopolítica a partir del siglo XIX, despertando el interés de grandes imperios de la época, como el ruso o el británico”, ya que “controlar el país permitía una gran influencia en la región de Asia Central, sobre todo en función de las rutas comerciales terrestres, además de la posibilidad de explotar sus variadas materias primas”.

“Más allá de su importancia geopolítica, Afganistán es un territorio cuyas fronteras lo conectan con países tan diversos e importantes como Irán o China, que son muy recelosos de sus esferas de influencia regionales”, afirmó Rojas

Pese a que su principal sector productivo es la agricultura, “lo cierto es que en pleno siglo XXI su relevancia está relacionada con las importantes reservas de minerales, como cobalto, oro, hierro y, sobre todo, litio”. 

“Se calcula que Afganistán puede tener reservas de litio equivalentes a los de Bolivia, y si esos minerales pudieran ser explotados por otro país le garantizaría grandes riquezas, pero también una posición privilegiada en términos tecnológicos”, explicó Rojas. A eso se suma que es “uno de los mayores productores de opio en el mercado mundial del narcotráfico”.

La importancia del regreso de los talibanes al poder

“Con el triunfo de los talibanes, aumenta el peligro del resurgimiento de grupos islámicos radicales que busquen aumentar su influencia o reactivar los ataques terroristas en Occidente”, afirmó el analista.

Asimismo, advirtió que “con el triunfo de los talibanes, aumenta el peligro del resurgimiento de grupos islámicos radicales que busquen aumentar su influencia o reactivar los ataques terroristas en Occidente”.

“Afganistán era un país en ruinas tras los diez años de ocupación soviética y que después vivió una guerra civil de siete años; era un país con armamento casi obsoleto y muy poca tecnología”, sostuvo.

Sin embargo, “ahora los talibanes toman el control de un país que tuvo veinte años para modernizarse y que cuenta con mejor infraestructura, en todo sentido”. También, “se apropiaron del equipamiento de las ya desaparecidas Fuerzas Armadas afganas, desde rifles de asalto modernos, municiones y vehículos blindados tipo Humvee hasta helicópteros artillados”, aseveró.

La preocupación  de Rusia, Pakistán y China

China, Rusa y Pakistán miran con preocupación el regreso de los talibanes al mando de Afganistán.

“Para Pakistán, donde los talibanes son fuertes y activos en la montañosa región fronteriza, representa una amenaza en la medida que intentarán exportar su yihad a su territorio. Basta recordar el intento de asesinato de la activista Malala Yousafzai”, sostuvo el analista.

“A Rusia le preocupa que el fundamentalismo islámico se filtre a través de países como Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán”. Según el académico, “las dos guerras separatistas de Chechenia le demostraron al Kremlin que el radicalismo islámico puede ser una amenaza real y difícil de controlar”. En China ocurre algo similar: “Siempre ha buscado tener una fuerte control sobre su población musulmana”.

Ambos países han reaccionado con  mesura ante la llegada de los talibanes al poder en Afganistán.  El representante del Kremlin en ese país, Zamir Kabulov,  señaló  que “el reconocimiento o no” a las autoridades talibanas “dependerá de las acciones de este nuevo régimen”, e informó que el embajador ruso en ese país, Dmitri Jirnov, se reunirá con los talibanes este martes en Kabul.

“Nuestro embajador está en contacto con los líderes talibanes y se reunirá con el coordinador talibán para la seguridad (…) Los talibanes garantizan ya la seguridad del perímetro exterior de la embajada rusa”, señaló.

Por su parte, el gobierno chino a manifestó que espera que los talibanes lideren una transición “pacífica” en Afganistán.

“China espera que los talibanes respeten sus promesas de establecer, mediante negociaciones, un gobierno islámico abierto e inclusivo. Esperamos una transición pacífica y que termine la violencia y el terrorismo”, afirmó la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying.

 

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