“La única pandemia que tenemos es entre los no vacunados”, fue uno de los los comentarios que hizo Joe Biden, presidente de Estados Unidos ante la desinformación que existe frente a las vacunas del Covid-19 y las personas que no se quieren vacunar.
H. Scott Apley, era un concejal republicano en la ciudad de Dickinson (Texas, Estados Unidos) y se declaraba antivacunas, publicando en redes sociales que estas no servían, e incluso se mostraba contra el uso de mascarillas.
El 1 de agosto fue ingresado al hospital por síntomas de neumonía, allí se le detectó coronavirus y se inició una campaña de recaudación de fondos para costear los gastos médicos. Su esposa e hijo también dieron positivo al virus pero solo él tuvo complicaciones.
El pasado 4 de agosto y a sus 45 años, Aplety falleció y la recaudación de fondos ahora se lleva a cabo para costear su funeral. Este tipo de situaciones se repite en Estados Unidos.
Phil Valentine, un locutor de radio de Tennessee, decidió no vacunarse -según indican medios estadounidenses- e incluso utilizó su programa para burlarse de los esfuerzos para vacunar a más personas.
El locutor se contagió de Covid-19 y estuvo internado grave por neumonía. Esto lo hizo cambiar de opinión. Según su hermano, cuando vuelva a estar al aire usará su programa como una plataforma a favor de las vacunas, informó The Washington Post.
En Estados Unidos, el 99% de las muertes recientes por Covid-19 están relacionadas a quienes no se han vacunado.
Actualmente, quienes deciden no vacunarse apuntan razones como no creer en el Covid-19, en la efectividad de las vacunas o creen que al tener una “buena salud” la enfermedad sería algo pasajero.
Este fue el caso de John Eyers, un hombre de 42 años y aficionado al fitness que había mostrado públicamente su rechazo a las vacunas, quien señaló que no la necesitaba debido a “lo activo que era”, pero falleció luego de contagiarse Covid-19. Este caso fue dado a conocer recientemente en Reino Unido.
“De alguna manera pensaba que era inmortal y que si alguna vez contraía Covid-19 estaría bien y sería algo pasajero”, explicó su hermana Jenny MacCann en redes sociales. “Días antes de morir John se arrepintió profundamente el no haber hecho caso a los suyos”.
Otro caso es el de Mindy Greene una mujer de Utah, Estados Unidos, quien reconoció al The New York Times que la información errónea la llevó a rechazar las vacunas contra el Covid-19 para su familia. Ahora su esposo lleva semanas internado debido al virus: “tengo una culpa increíble”.
“Todavía me culpo a mí misma. Todos los días. Siempre lamentaré haber escuchado la información errónea que se publica”, agregó.