La pobreza ha sido uno de los temas que más ha llamado la atención luego del inicio de la pandemia y es que su aumento era previsible por todos los confinamientos y los efectos de esta medida en la economía.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) había previste que Chile tendría un alza en esta área que superaría el 12% y si bien las cifras entregadas por el Ministerio de Desarrollo Social estuvieron por debajo de esas expectativas, las cifras no dejaron de ser menores.
La subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia, informó que la pobreza por ingreso subió de 8,6% (en 2017) a 10,8%, es decir, 2.112.185 personas están en esta condición. Además la extrema pobreza llegó a 4,3% (desde un 2,3% en 2017), el equivalente a 831.232 personas.
Es la primera alza en la pobreza desde el año 2000 cuando pasó de 35% a 36%, siguiendo la metodología más reciente y que es más exigente que la informada en ese entonces. Para ese año la crisis económica asiática tuvo grandes impactos en el empleo.
Con este 10,8% de pobreza, impactado principalmente por la crisis sanitaria, la cifra es menor a lo registrado en 2015, donde este porcentaje se situaba en el 11,7%.
Regiones con mayor porcentaje de pobreza:
- La Araucanía: 17,4%
- Ñuble: 14,7%
- Tarapacá: 14%
- Biobío: 13,2%
- Metropolitana: 9%.
Uno de los efectos positivos fueron los subsidios fiscales como el Ingreso Familiar de Emergencia y el Bono Covid, ya que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sin estas ayudas la tasa de pobreza habría sido de 13,7%.
El Gobierno además informó que los retiros del 10% no fueron considerados para realizar esta medición, ya que “no es consistente con la metodología”.
Con estos resultado, Chile se posiciona como el país de la región con la menor alza en la tasa de pobreza (2,2 puntos porcentuales) y también el nivel más bajo con el 10,8%, seguido de Uruguay que llegó a 11,6% según la Cepal.