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¿Qué hacer con los grupos antivacunas?

Ni presentarles evidencia ni ridiculizarlos por su creencias son métodos efectivos, ya que son estrategias que no cumplen su objetivo.

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7 Junio, 2021

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Hasta ahora, las vacunas contra el Covid-19 ha sido una de las mejores formas de combatir el virus, debido a su gran efectividad.

Chile es el caso de un de los países donde más se han inoculado estos fármacos, y donde también hay resultados sobre efectividad.

En nuestro país los no vacunados tienen 3,23 veces más posibilidades de hospitalizarse, 3,57 veces más riesgo de ingresar a la UCI y 4,5 veces más posibilidades de morir.

Aún así, sigue habiendo desconfianza por gran parte de la población: Algunos dudan sobre una posible conspiración, otro grupo prefiere esperar y otro simplemente no confía.

 “El 80% de los más de ocho mil casos que tenemos en este momento, son personas que no han recibido su inmunización completa”, manifestó el ministro de Salud, Enrique Paris.

¿Se puede motivar a alguien que no quiere vacunarse?

Pedro Maldonado neurocientífico, investigador del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica BNI, señaló en La Tercera que no existe un método infalible para convencer de algo a alguien, porque sino “no existiría el debate, ni el hecho de tener diversidad de opiniones si eso fuera posible”.

Por ejemplo, detalla como una situación difícil el que quienes dicen confiar en sus sistema inmunológico y no en las vacunas cambien de parecer, ya que las convicciones son parte de las experiencias de vida que se construyen en base a un modelo mental, el que “no cambia fácilmente”.

Confianza en la autoridad y en el mensaje

Existe concordancia entre la confianza y la obediencia. Maldonado sostiene que no se convence con argumentos. Un mensaje debe ser consistente con los modelos mentales de cada uno. Si se confía en ese mensaje, se cree.

El experto destaca la situación que se vive en Nueva Zelanda, los pocos casos que han tenido se deben a que “la población fue receptiva a la autoridad”, caso contrario a lo que ocurre por ejemplo en Brasil.

“Pero hoy la generación de confianza es crítica”, sostiene. “Parece que tenemos una crisis de confianza que se ha acentuado por mensajes poco coherentes. Si un día dicen una cosa, y al otro otra, el resultado es no que sé a quién creerle. Bajo ese estado es muy difícil adherir a pautas de comportamiento”.

Actualmente las discusiones y opiniones se han debilitado debido a que las personas tiene a rodearse de otras con los mismos puntos de vista y acceden a informaciones que van en la tendencia de lo que ellos creen, por lo tanto no llegan a conocer otros puntos de vista.

Movimientos antivacunas

Diversos sectores de la población no están de acuerdo con las vacunas, y es algo que se viene gestando desde hace ya varios años.

“Curiosamente esto no tiene que ver con el nivel educacional”, explica Maldonado. “Hay personas muy competentes e inteligentes, pero que se mueven en círculos que comparten esas ideas”.

El experto además comenta que presentar evidencias tampoco los hace cambiar de parecer: “Existe un mecanismo neurobiológico que se resiste a que sea tan fácil cambiar ese modelo”.

Si a un modelo mental de cómo funciona el mundo se le muestra evidencia en contra, el cerebro se vuelve introspectivo.

“Eso hace que el cerebro se cierre como almeja a lo que viene de fuera”, explica el neurocientífico. Este mecanismo busca mantener la integridad del modelo mental, ya que si se cambia a cada momento la persona perdería literalmente la razón.

Ridiculizar o apelar a la vergüenza sirve aún menos: “Las personas que no quieren vacunarse están convencidas de que no es una conducta adecuada y nunca van a tener vergüenza, al contrario”, sostuvo Maldonado.

Pensamiento crítico

Uno de los puntos que sí podría generar un cambio es el desarrollo del pensamiento crítico, con el cual se evalúan alternativas y se contrarrestan evidencias científicas.

“Con la ciencia en general y gracias a la práctica del pensamiento crítico eso podría cambiar (..) Eso es relevante para una sociedad sana, pero requiere estar en los sistemas educacionales, porque hoy si algo viene de Twitter vale lo mismo que si sale en un medio, para eso se requiere contrarrestar a través de una evaluación critica”.

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