Una “opción vegetal” parece asomarse en Argentina luego de los atrasos que ha enfrentado el país en torno a la llegada de vacunas —que por el momento solo ha alcanzado a dos millones de los 45 que tiene como población—, se trata de una vacuna desarrollada a partir de plantas.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina, autorizó el inicio de fase III de la vacuna canadiense Medicago asociada al laboratorio inglés GlaxoSmithKline (más conocido como GSK), en el que pretenden inocular a más de 5000 voluntarios.
Obtener partículas de las plantas
Para este proyecto se utilizan las plantas como “minifabricas”, en un contexto de biotecnología vegetal para obtener plantas transgénicas de Nicotiana benthamiana (pariente cercano del tabaco).
Estas ayudarían a producir vacunas de forma rápida, a bajo costo y en grandes cantidades ya que pueden transferir genes rápido y de forma transitoria
Las plantas que pueden producirse a gran escala producen una partícula no infecciosa que imita al Sars-Cov-2.
Además “tardan sólo entre cuatro y seis semanas en producir las partículas similares al virus (VLPs)”, comparado con procesos similares en huevos que tardan medio año.
“Chile debería estar mirando con atención los resultados que se pueden dar en Argentina en la aplicación de la fase 3 con esta vacuna de origen vegetal”, comenta el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBIO, según recoge La Tercera. “Las técnicas biotecnológicas en vegetales se han ampliado desde la agricultura a la medicina y vemos que los resultados son muy positivos, considerando que este enfoque permitiría reducir considerablemente los costos y tiempos de obtención de la una vacuna”, agregó.
La fase 3 de esta vacuna ya ha sido probada en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, México y en un futuro cercano en Brasil.