El estudio más grande realizado hasta la fecha en pacientes que sufrieron Covid-19 reveló que muchos mantienen problemas de salud meses después de haber superado la enfermedad, incluso aquellos que enfrentaron casos leves.
Los datos publicados en la revista Nature además afirmaron que el riesgo de muerte aumenta en el medio año posterior a haber diagnosticado la enfermedad.
“Nuestro estudio demuestra que hasta seis meses después del diagnóstico, el riesgo de muerte incluso después de un caso leve de Covid-19 no es trivial y aumenta con la gravedad de la enfermedad”, manifestó Ziyad Al-Aly, MD, profesor asistente de medicina y autor principal del estudio, según recoge La Tercera.
“No es una exageración decir que en el Covid-19 prolongado, las consecuencias para la salud a largo plazo, es la próxima gran crisis de salud de Estados Unidos. Debido a que más de 30 millones de estadounidenses han sido infectados con este virus, y dado que la carga del Covid-19 prolongado es sustancial, los efectos persistentes de esta enfermedad repercutirán durante muchos años e incluso décadas”, agregó.
La investigación también da cuenta de varias enfermedades asociadas al Covid-19, algo que para los expertos generará una enorme carga para la población mundial en los próximos años.
De las personas que pasaron por la enfermedad, ocho por cada 1.000 fallecieron en los seis meses siguientes, mientras que los que debieron ser hospitalizados por su gravedad y sobrevivieron al primer mes, 29 por cada 1000 fallecieron en los seis meses siguientes.
“Estas últimas muertes debidas a complicaciones a largo plazo de la infección no se registran necesariamente como muertes por Covid-19”, explicó Al-Aly. “En cuanto al número total de muertes por pandemia, estos números sugieren que las muertes que estamos contando debido a la infección viral inmediata son solo la punta del iceberg”.
Entre los problemas de salud persistentes que se registraron se encuentran:
- Sistema respiratorio: tos persistente, dificultad para respirar y niveles bajos de oxígeno en sangre.
- Sistema nervioso: ictus, dolores de cabeza, problemas de memoria y problemas con los sentidos del gusto y el olfato.
- Salud mental: ansiedad, depresión, problemas de sueño y abuso de sustancias.
- Metabolismo: nueva aparición de diabetes, obesidad y colesterol alto.
- Sistema cardiovascular: enfermedad coronaria aguda, insuficiencia cardíaca, palpitaciones y ritmos cardíacos irregulares.
- Sistema gastrointestinal: estreñimiento, diarrea y reflujo ácido.
- Riñón: lesión renal aguda y enfermedad renal crónica que, en casos graves, puede requerir diálisis.
- Regulación de la coagulación: coágulos de sangre en piernas y pulmones.
- Piel: erupción y caída del cabello.
- Sistema musculoesquelético: dolor articular y debilidad muscular.
- Salud general: malestar, fatiga y anemia.
Ninguno de los participantes estudiados sufrió todos estos problemas, pero varios sí desarrollaron un conjunto de ellos, lo que significó un impacto en su calidad de vida.