“Fuimos víctimas de un ataque terrorista, esto no es delincuencia común”: El relato de Iván Núñez
“No había ninguna forma de defendernos y únicamente logramos salir con vida en razón de que nunca detuvimos la marcha”, aseguró el periodista en la querella que presentó en contra de quienes resulten responsables del atentado.
A través de su cuenta de Instagram, el periodista Iván Ñúñez se refirió al ataque que sufrió el equipo de TVN entre Tirúa y Cañete, región del Biobío. El hecho ocurrió la tarde del sábado, luego de agendar una entrevista con el vocero del la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), Héctor Llaitul.
“Efectivamente fuimos víctimas de un ataque terrorista. Esto no es delincuencia común. No hubo intento de robo, ni nada parecido. Nos dispararon a matar”, afirmó el comunicador.
El ataque terminó con Núñez herido en el brazo y con la pérdida de la visión en su ojo derecho del camarógrafo Esteban Sánchez.
“En mi mano tengo la bala de 9 mm que me dió en el brazo. Esteban recibió 5 de esas. Está vivo de milagro, porque es un luchador, pero también por la ayuda de esa pareja anónima que nos subió a su auto y nos llevó a Cañete y por el esfuerzo del personal sanitario que lo atendió de urgencia”, afirmó Núñez en su red social.
Tras el ataque contra el equipo de prensa de TVN, Núñez decidió interponer una querella en contra de quienes resulten responsables del atentado, por el delito de homicidio calificado frustrado. Para el canal estatal, a diferencia de la acción judicial del gobierno, lo ocurrido con los reporteros fue un intento directo de matarlo.
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La querella
Según la querella presentada por Núñez, que patrocinó el abogado Matías Kunsemuller, a la que accedió La Tercera, “en el contexto de mi ejercicio, he conocido y ganado la confianza de distintas personas a quienes he entrevistado, uno de ellos, el dirigente mapuche Héctor Llaitul”.
En el texto, el periodista explica que hace varias semanas venían solicitando la conversación en cámara, “en el marco de los anuncios de posibles conversaciones con el gobierno, con la intermediación y observación de organismos internacionales. La referida entrevista se agenda para el día sábado 27 de marzo”.
Se esperaba que la reunión la reunión sería a las 18.00, en la ciudad de Cañete, hasta donde el periodista y el camarógrafo habían llegado a las 16:00 horas de ese sábado, en una camioneta de propiedad del canal. Sin embargo, Llaitul les informó que tenían “alguna complicación para llegar a ese lugar y quedamos de reunirnos en el Puente Lleu Lleu a eso de las 18 horas. Una vez que llegamos a ese lugar, Llaitul nos indica que sigamos manejando un par de kilómetros más, hasta el cruce de San Ramón”.
A las 19:19 llegó el líder comunero mapuche en una camioneta, junto a cuatro personas. Tras intercambiar algunas palabras y seguir profundizando en esto, el equipo de prensa le ofrece a Llaitul ir dejarlo a su casa en el vehículo de la estación estatal.
Llaitul y su pareja se subieron en la camioneta, en los asientos traseros; Núñez se ubicó al volante, y el camarógrafo Sánchez iba de copiloto. El vehículo en el que viajaba el resto de los acompañantes del dirigente los escoltaban. Hasta ahí, se desprende por su relato, todo iba sin problemas en una de las zonas más complejas del Biobío (durante las últimas dos semanas hubo 10 atentados en la Ruta P-72).
El momento del ataque
“Pasamos por un lugar en que, al parecer, estaban celebrando un cumpleaños y Llaitul bajó el vidrio para saludar. Continuamos el camino y llegamos al lugar en que este y su pareja se bajaron de la camioneta. Así, dimos la vuelta y emprendimos marcha hacia Cañete”, recordó el periodista.
Sin embargo, cinco minutos después, tras terminar el camino de tierra por el cual viajaban, vendría un ataque inesperado.
“Cuando íbamos pasando por el lugar en que estaba esta suerte de celebración, nos detuvieron unas personas señalándonos que estaban muy molestas, ya que habíamos ingresado a su territorio sin solicitar autorización. Les señalamos que habíamos ido a entrevistar a Héctor Llaitul y que teníamos su autorización, pero eso no aplacó su molestia, argumentando que Llaitul era de Osorno y no de ahí. Estaban muy enojados e incluso señalaban que cruzarían un vehículo en el camino para impedirnos el paso. Para intentar calmar los ánimos les ofrecimos que nos dieran sus argumentos en una entrevista que se realizaría al día siguiente. En ese lugar hablamos personalmente con la dirigenta Gladis Huenumán y telefónicamente con el dirigente Santos Reinao”, expuso el reportero en la querella ante el Juzgado de Garantía de Cañete.
Pese a esta tensión, los reporteros lograron apaciguar los ánimos y pactar una entrevista con estos puntos de vista para el día siguiente.
“Sentí un primer impacto de bala por el lado del piloto. Luego un segundo impacto que me hirió el brazo y ahí comenzaron a dispararnos desde todas las direcciones, tanto desde los lados e incluso desde el frente. Uno de los disparos del lado del copiloto dio en el rostro de Juan Esteban, quien comenzó a sangrar profusamente. También dispararon a ambos neumáticos traseros de la camioneta, con lo que impidieron nuestra fuga. Aún así, logramos continuar avanzando mientras nos disparaban. Los disparos duraron aproximadamente unos cinco minutos y nosotros seguíamos avanzando, por lo que debe haber sido un número de tiradores importante. De hecho, nunca nos detuvimos y siempre estuvimos bajo fuego. Esteban permanentemente me gritaba ‘sácame de acá’”, detalló el periodista en la acción judicial interpuesta junto a su abogado, Matías Kunsemuller.
Un ataque a matar
“Como se puede ver, por el estado en que quedó nuestro vehículo, recibimos una enorme cantidad de disparos de todos los calibres y con distintos tipos de armamentos. Desde munición 9mm hasta tiros de escopeta. Se trató de un número importante de tiradores que jamás logramos ver. No había ninguna forma de defendernos y únicamente logramos salir con vida en razón de que nunca detuvimos la marcha”, afirmó Nuúñez.
El periodista logró conducir hasta el cruce San Ramón, lugar donde cesaron los disparos. “Me bajé de la camioneta, pues había un camión blanco estacionado. Le pedí ayuda e inmediatamente se fue. Durante esos minutos llamé al 133, a las 20.16 horas”, indicó en el documento. La ayuda vendría minutos más tarde de parte de una pareja que pasaba en auto por el sector.
“Noté que venían unas luces por el camino y me puse de rodillas con las manos arriba. El auto se detuvo y la pareja que lo conducía en un principio se negó a ayudarnos. No fue sino ante mis súplicas que decidieron llevarnos en el asiento trasero hasta el Hospital de Cañete”.