¿Cómo se propaga el coronavirus en los aviones? ¿Y cómo cuidarse?
Los viajes internacionales abren nuevas vías para los brotes de enfermedades como el coronavirus. Descubre cómo se propagan y cómo puedes protegerte.
Cuando se produce un brote, es natural que uno desconfíe cuando se sube a un avión. El nuevo coronavirus que comenzó en China ya ha llegado a 85 países. Los principales aeropuertos han empezado a examinar a los pasajeros en busca de síntomas del virus y más de tres docenas de aerolíneas han cancelado los vuelos al gigante asiático y a otros lugares afectados por la crisis.
Sin embargo, puede que esas medidas no proporcionen consuelo a alguien que tenga que subirse a un avión.
¿Cómo se propagan las enfermedades respiratorias?
Cuando una persona infectada tose o estornuda, arrojan gotitas de saliva, mucosidad u otros fluidos corporales. Si te caen encima —o si las tocas y después te tocas la cara, por ejemplo—, también puedes contagiarte.
El aire que circula por un espacio no afecta a estas gotas, sino que caen bastante cerca de su origen, por lo que pueden propagarse por las superficies como los asientos o las bandejas de los aviones.
Aún no sabemos por qué vía principal se contagia el Covid-19, pero se sospecha que principalmente mediante gotas respiratorias y el contacto físico con la saliva.
¿Qué pasa en un avión?
La Organización Mundial de la Salud define el contacto con una persona infectada como estar en un asiento a dos filas de dicha persona.
Sin embargo, las personas no se quedan sentadas durante los vuelos, sobre todo en los que duran varias horas. Visitan el baño, extienden las piernas y toman objetos de los compartimentos superiores.
Por lo tanto, un equipo de investigadores de salud pública se dispuso a estudiar cómo los movimientos aleatorios en un avión pueden cambiar la probabilidad de infección de los pasajeros.
El “FlyHealthy Research Team” observó el comportamiento de los pasajeros y la tripulación de 10 vuelos transcontinentales en Estados Unidos de entre tres horas y media y cinco horas de duración.
No solo analizó cómo se desplazaban las personas por la cabina, sino también cómo afectaba ese movimiento a la cantidad y la duración de los contactos con otras personas.
Según reveló el estudio, la mayoría de los pasajeros se levantaban de su asiento en algún momento durante estos vuelos de media distancia. En total, el 38 por ciento de los pasajeros se levantaba de su asiento una vez y el 24%, más de una vez. Otro 38% permanecía en sus asientos durante todo el vuelo.
Gracias a esta actividad, se pueden determinar cuáles son los asientos más seguros. Los pasajeros con menos probabilidades de levantarse estaban en los asientos de ventana: solo el 43% se desplazó frente al 80% de las personas con asientos de pasillo.
Por consiguiente, los pasajeros con asientos de ventana tenían muchos menos acercamientos que las personas en otros asientos, con una media de 12 contactos frente a los 58 y 64 contactos respectivos de los pasajeros en asientos de pasillo y del medio.
¿Cómo cuidarse?
Elegir un asiento de ventana y separarse disminuye las probabilidades de entrar en contacto con una enfermedad infecciosa.
Sin embargo, principalmente se sugiere seguir las pautas de los CDC (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) para enfermedades infecciosas cuando estés en un avión.
En ellas se incluye lavarse las manos con jabón o usar un desinfectante para manos después de tocar cualquier superficie, sobre todo porque hay pruebas de que el coronavirus dura más tiempo sobre las superficies que otras enfermedades, de tres a 12 horas.
También debes evitar tocarte la cara y entrar en contacto con pasajeros que tosan por todos los medios.