En la última asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía, en un “motu proprio” (documento pontificio) que introduce cambios en el actual código de Derecho Canónico, el papa Francisco autorizó que las mujeres puedan leer la Palabra de Dios, ayudar en el altar durante las misas y distribuir la comunión.
A pesar de que en muchos lugares ya se autorizaba a las mujeres a realizar estos ministerios debido a la falta de sacerdotes, el mandato institucional real lo autoriza, por lo que deberá aplicarse en todas las diócesis.
En ese sentido, el Vaticano explicó que las mujeres que leen la Palabra de Dios durante las celebraciones litúrgicas o que realizan un servicio en el altar, como monaguillos o distribuyen la Eucaristía, ciertamente no son nuevas: en muchas comunidades de todo el mundo son ahora una práctica autorizada por los obispos.
“Por estos motivos, me pareció oportuno establecer que pueden ser instituciones como Lectores o Acólitos no sólo hombres sino también mujeres, en quienes, a través del discernimiento de los pastores y después de una adecuada preparación, la Iglesia reconoce la firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano”, escribe el Papa en una carta al Prefecto de la Congregación de la Fe, el español Luis Ladaria.
Además, al introducir el cambio en el Código de Derecho Canónico, será imposible que los obispos conservadores impidan que las mujeres de su diócesis tengan esos roles. Cabe destacar que a pesar de estas medidas, por el momento, no abre al sacerdocio. Es decir, las mujeres no pueden hacer misa.