Lo poco esperanzador del avance del coronavirus: Generar resistencia a la vacuna
“Nosotros, la especie humana, no tenemos garantía de que siempre saldremos ganadores en la competencia natural evolutiva con los virus”, sostiene el ensayo de un experto sobre enfermedades contagiosas.
Joshua Lederberg, premio Nobel de Medicina y presidente de la Universidad Rockefeller, comentó en uno de sus ensayos de 1988 sobre las pandemias, que las leyes de Darwin son tan importantes como las vacunas de Pasteur en relación a enfermedades infecciones.
Esto viene dado a que bacterias y virus continúan experimentando mutaciones con el tiempo, por lo que desarrollan nuevas características que pueden volverlos inmunes a los fármacos usados para combatirlos.
“Nosotros, la especie humana, no tenemos garantía de que siempre saldremos ganadores en la competencia natural evolutiva con los virus”, explicaba Lederberg.
Las vacunas no vendrían a ponerle fin a la evolución del Sars-Cov-2 —virus que produce el Covid-19— reportaron en en la revista académica PLoS Biology los investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania David A. Kennedy y Andrew F. Read, quienes estudian la resistencia viral a las vacunas, en cambio, podrían impulsar un nuevo cambio evolutivo.
Ambos autores apuntan a que siempre existe la oportunidad, aunque pequeña, de que el virus pueda desarrollar una resistencia a la vacuna, llamado “escape viral”, por lo que insisten en que debe hacerse un monitoreo de los efectos de las vacunas y la respuesta de los virus.
“Nada de lo que estamos diciendo sugiere que frenemos el desarrollo de vacunas (…) hay que asegurarse de que la vacuna permanezca efectiva”, explicó Kennedy.
Razones para el optimismo
Hace algunos años los autores presentaron un análisis entre las diferencias de la resistencia a los medicamentos y las vacunas. Bacterias y virus no desarrollaron resistencia a las vacunas tan fácilmente como lo hicieron con los fármacos.
Las vacunas de la viruela, la polio y el sarampión no han perdido su efectividad a pesar de su uso constante a lo largo de las generaciones, los antibióticos en cambio se pueden volver inservibles rápidamente por la evolución de las defensas de virus y hongos.
Esto estaría relacionado con la evolución y la inmunidad: Los fármacos están dirigidos a un objetivo particular y una mejor efectividad está relacionada con la combinación de éstos, como en el tratamiento del VIH. Por otro lado, las vacunas actúan de forma más temprana y pueden provocar una respuesta inmune desde distintas áreas.
Aún así, la resistencia ha sucedido con un tipo de bacteria que causa neumonía y con vacunas enfocadas en la hepatitis B y la tos ferina.