“Mi vida cambió completamente el 8 de noviembre del año pasado.
Ese día, oficiales de Carabineros me dispararon en ambos ojos, dejándome completamente ciego.
¿Por qué me dispararon? Por ejercer mi derecho a protestar”.
Así empieza una columna publicada en la revista Time y firmada por Gustavo Gatica donde cuenta el rumbo que ha tomado su vida después de ese suceso y su perspectiva sobre el inicio del estallido social, las demandas por justicia y una mejor calidad de vida en Chile.
“Ese día yo estaba participando de una manifestación masiva, parte de una ola de protestas que empezaron el 18 de octubre de 2019 para cambiar un sistema basado en la desigualdad. Comenzaron debido a un aumento en el precio del transporte público, pero eso solo fue el detonante después de décadas de injusticia. Salimos a las calles para cambiar eso, para exigir un acceso más equitativo a la salud y la educación, y mejores pensiones”.
“Pero en Chile, exigir tus derechos siempre involucra un cierto nivel de riesgo. No hay garantías de que vuelvas a casa sano y salvo”, comenta Gatica, una de las 460 personas que sufrieron lesiones graves en sus ojos y de las 12.500 que resultaron heridas, según información del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y de Amnistía Internacional.
“Cuando sales a protestar, vas preparado con un casco y una mascarilla para protegerte de los gases lacrimógenos. Pero no hay forma de protegerse de los cañones disparados por los carabineros”.
“La intención de las autoridades era clara: hacernos daño como castigo por atrevernos a protestar”, continúa Gustavo.
Adaptarse al cambio
“Ha sido difícil para mi acostumbrarme a haber perdido la visión”, explica el joven, ejemplificando lo que le costó durante los primeros días sostener un tenedor y que ha debido aprender todos los procesos nuevamente: “Con el tiempo estoy desarrollando las habilidades que necesito para continuar con mi vida. Ahora puedo hacer cosas como cocinar —tal vez mal, pero puedo hacerlo— e incluso estoy aprendiendo a tocar la batería y el piano”.
“Lo más difícil ha sido salir y usar un bastón. Es estresante por el ruido y el entorno. Pero en marzo salí a protestar nuevamente en la misma plaza donde me dispararon. Eso fue muy importante para mí y fue conmovedor sentir el cariño de la gente. Mucha gente me dio las gracias; se sentía extraño pero agradable. Mucha gente me ha ofrecido ayuda y hemos construido una red gigante de personas. Este apoyo y solidaridad me da la fuerza para seguir adelante”.
“Siempre he creído en la importancia de buscar justicia, la verdad y reparaciones para las víctimas de violación a los derechos humanos durante la dictadura militar de Augusto Pinochet desde 1973 a 1990. Es necesario desarrollar estas redes de apoyo para luchar una vez más por la justicia“, agrega.
Avances en su caso
Gustavo Gatica comenta que las autoridades lo han estado actualizando del progreso de la investigación sobre sus lesiones “Hubo muchos retrasos, pero en Agosto, después de nueve meses arrestaron a Claudio Crespo, el carabinero acusado como presunto autor”.
“Me alegro de que se haya avanzado y ahora estoy esperando que la justicia haga su trabajo y también responsabilice a los que permitieron que los Carabineros salieran a dispararnos día tras día”.
También apunta al Gobierno y critica que “está más preocupado por la opinión pública y la presión del exterior que por su propia gente”.
Agrega que ha estado confinado debido a la pandemia y que ha salido de casa lo menos posible para evitar estar en riesgo, pero agrega que “la represión en Chile no ha parado. Las fuerzas armadas están en la calle supuestamente para ayudar a detener la propagación del coronavirus, pero están armados con sus rifles y escopetas. No tiene sentido: ¿cuál es el punto de tener soldados con armas de fuego en la calle durante una crisis de sanitaria?”.
“Las fuerzas armadas van a las protestas, pero no están capacitadas para mantener el orden público; al contrario, están entrenados para la guerra. De hecho, hace varios meses, le dispararon a un hombre y también le dañaron el ojo. Estas cosas siguen sucediendo durante la pandemia. El Gobierno continúa cometiendo violaciones de derechos humanos”.
“Lo que me da esperanza para el futuro del país es el Plebiscito para una nueva Constitución”, sostiene que no cambiará las cosas de la noche a la mañana, pero que es un gran paso adelante. “Si es exitosa, la nueva Constitución debería estar basada en el respeto y garantías a los derechos humanos. También es necesaria una reestructuración de Carabineros, no podemos dejar que nos sigan haciendo daño”.
“Necesitamos estar alerta y seguir los procedimientos legales para que los autores y los políticos que son responsables enfrenten a la justicia”.
“La represión que experimentamos en Chile en el último año nunca debe repetirse”, finalizó.