Tal como se esperaba, este jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó la nominación del Partido Republicano para optar a un segundo y último mandato presidencial en las elecciones del 3 de noviembre, en las que se enfrentará al aspirante demócrata, el ex vicepresidente Joe Biden.
Desde el jardín sur de la Casa Blanca y ante unas 1.000 personas, el mandatario aseveró que es “débil” y que su presidencia amenazaría la economía, la seguridad, su “modus vivendi” y hasta lo más sagrado: el sueño americano.
“Estas son las elecciones más importantes de la historia de este país (…). Estas elecciones decidirán si salvamos el sueño americano o si permitimos que una agenda socialista demuela nuestro querido destino”, dijo el presidente, quien aseguró que Biden llevará a la Casa Blanca un “movimiento represor”.
Durante su discurso de 1 hora y 11 minutos, Trump afirmó que “con el corazón lleno de gratitud y un optimismo sin límites, acepto profundamente esta nominación para la Presidencia de Estados Unidos”.
El presidente de EE.UU. destacó los grandes logros de su gobierno y se mostró como el mandatario del pueblo. “No he hecho otra cosa que pelear por ustedes”, dijo. “Hice lo que el establishment político nunca se esperaba, cumplí mi promesa”.
Asimismo,el mandatario se refirió a la construcción del muro en la frontera con México y dijo que “está funcionando mejor de lo que nunca nos imaginamos”.
“Hemos construido 300 millas de muro fronterizo y estamos construyendo 10 millas por semana”, dijo. “EL muro pronto estará terminado y está funcionando mejor de lo que nunca nos imaginamos”.
Biden y su relación con China según Trump
Trump vinculó a Biden con China y afirmó que el régimen chino quiere “desesperadamente” que el ex vicepresidente demócrata gane las elecciones.
“China apoya a Biden y quiere desesperadamente que gane. China sería dueño de este país si Biden saliera elegido”, afirmó.
Ante esto, agregó que“China permitió la propagación (del virus) por todo el mundo”. “Ellos hubieran podido pararlo pero dejaron que saliera”.
La segunda nominación del magnate republicano, de 74 años, llegó en medio de una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes, con más de 179.000 muertos por COVID-19, 10,2% de desempleo, y masivas manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial.
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