En los últimos siete días, Nueva Zelanda registró contagios con cifras de un dígito y llegó a solo un caso este domingo, lo que para el gobierno significó declarar el virus “actualmente eliminado”.
La primera ministra, Jacinda Ardern, comentó la buena noticia pero sostuvo que esto no significa el final, sino que se seguirán aplicando medidas restrictivas.
“No hay grandes contagios locales en Nueva Zelanda, hemos ganado la batalla, pero debemos permanecer vigilantes si queremos mantenerlo así”, manifestó Ardern.
Actualmente en el país de casi cinco millones de habitantes se reportan 1.469 casos y 19 muertos, con una tasa de transmisión del virus del 0,4% muy por debajo del 2,5% del promedio mundial.
La mandataria aseveró que el próximo 11 de mayo se evaluará si las restricciones se rebajan y que por el momento deben enfocarse en rastrear los últimos casos.
¿Cómo lo hicieron?
El país insular decretó una cuarentena obligatoria de 4 semanas en todo el territorio, en el cual se cerraron todas las escuelas y los negocios no esenciales, además de las fronteras.
Lo mismo ocurrió con las playas, parques, bares y restaurantes aunque solo tuvieran servicio de delivery, quienes no funcionaron desde el pasado 26 de marzo.
Los residentes que llegaron desde el extranjero también tuvieron que someterse a un confinamiento y a pruebas para saber si eran portadores de Covid-19.
Por otro lado, la policía habilitó un número telefónico para que los propios vecinos denunciaran a quienes incumplían la cuarentena.