A inicios de semana, el precio del petróleo se derrumbó debido a la crisis de la pandemia y llegó al precio negativo de -US$37,63 por barril, el mínimo histórico que ha registrado. Esto significó que los productores pagaron a quien pudiera recibir el material.
Entre los principales almacenamientos del crudo se encuentran los tanques dentro de las refinerías o los campos de producción y como medida secundaria, se guarda en las terminales cerca del mar, junto con otros productos similares que ya están listos para exportarse.
En la situación actual, cuando baja la demanda por comprar el crudo y los espacios en tierra se llenan, se utilizan buques que se envían a altamar, denominados “almacenamiento flotante”, a pesar de que su costo puede ser tres veces mayor a dejarlo en tierra.
Hacia finales de marzo, cerca de 10 millones de barriles de petróleo navegaban por el mar, aproximadamente el 10% del consumo diario mundial, según afirmó Kpler, una empresa encargada de monitorear los buques petroleros.
¿Por qué no se dejó de producir?
El experto del área energética de la Universidad de Texas, Jorge Piñón, explicó a BBC Mundo que la producción no se puede detener debido a que primero se debe llegar a un acuerdo con los clientes y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Otra de las razones también involucra un desafío técnico, debido a que cerrar un pozo para disminuir la producción puede comprometer el yacimiento desde el cual se extrae, dañando la presión original de la formación geológica.
Actualmente, el recorte acordado por la OPEP comenzará a partir del próximo 1 de mayo.