Coronavirus y maltrato animal: La innegable conexión
“Para todo lo que nos ufanamos en llamarnos ‘Homo sapiens’, el ‘humano sabio’, demostramos tener muy poca sabiduría”, fueron algunas de las palabras del filósofo David Benatar.
El coronavirus ha logrado paralizar a la mayoría del mundo humano, con 1,8 millones de contagios y casi 150.000 muertos, pero para el filósofo y director del Centro de Bioética de la Universidad de Ciudad del Cabo, David Benatar, ésta situación no debería ser una sorpresa, él califica la pandemia como “totalmente predecible” y habla de la sensación de que ocurrió producto de la acción humana.
“Una pandemia puede lucir como un completo desastre natural, pero a menudo —tal vez casi siempre— no es así”, sostiene Benatar.
Los distintos tipos de coronavirus surgieron en los animales y saltaron la barrera de las especies hacia los humanos, un fenómeno denominado “zoonosis”. El académico comenta que si bien esto no tiene responsabilidad humana, las enfermedades de este tipo surgen debido a cómo los humanos tratamos a los animales.
El nacimiento de las enfermedades “zoonóticas”
Uno de los ejemplos que Benatar postula son los “Mercados de perecederos” ubicados en China y Asia Oriental (donde los animales son vendidos vivos), o las granjas mixtas de ganado y vida silvestre. Es en estos lugares donde probablemente tuvo origen no solo el Covid-19, sino que también el Síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por las siglas en inglés) y algunos brotes de gripe aviar.
La transmisión de infecciones entre los animales que luego traspasan hacia los humanos se debe a la proximidad de los flujos de sangre, excremento y otros fluidos producidos por el hacinamiento.
“Aquellos que piensan que esto es un problema exclusivamente chino en vez de uno humano deberían recapacitar. Hay una gran cantidad de zoonosis que han surgido del maltrato a los animales por parte de los humanos”, comenta el académico.
Como ejemplos de esto se tiene el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), el cual provino del VIS (virus de inmunodeficiencia en simios), este debió cruzar la barrera entre especies a través del contacto sanguíneo de un primate no humano, el cual fue descuartizado para el consumo de las personas.
Esta similitud también existe para la enfermedad Creutzfeldt-Jakob y la encefalopatía espongiforme bovina, conocida como la enfermedad de las vacas locas.
Para Benatar, la pandemia del coronavirus es el resultado de nuestro grave maltrato a los animales.
Los virus y la conciencia sobre otras especies
Peter Singer, otro filósofo y profesor de Bioética de la Universidad de Princeton, concuerda en el origen de las enfermedades zoonóticas y sostiene que se debería generar conciencia sobre este mismo punto, contó a la agencia EFE.
“Espero que repensemos el uso de animales como alimento. De manera más obvia el de los animales salvajes, lo cual es relativamente fácil, pero también el de los mercados de animales vivos en general y el de las granjas industriales”, explicó.
Por otro lado, Singer manifestó que este momento debería ser un periodo de reflexión para las personas: “Tienen más tiempo para ellos mismos o para estar con gente cercana o a la que quieren y por lo tanto deberían pensar en sus objetivos de vida y lo que realmente quieren lograr, que eso les reoriente”.
El mayor riesgo para los humanos
Según David Benatar, una de las más grandes amenazas es que las personas desarrollen una resistencia a los antibióticos, debido a que éstos se usan en la industria ganadera para que los animales no se contagien de enfermedades entre ellos, lleguen rápido al peso ideal y puedan ser sacrificados para su consumo.
El filósofo también criticó que los humanos responden a las pandemias en vez de prevenirlas y manifestó que “en el futuro nuestro maltrato hacia los animales causará estragos en nuestra propia especie, a pesar de tener conocimiento sobre esto, aún no hemos hecho lo que debe hacerse para evitarlo (o al menos reducir las posibilidades de que suceda)”.
Algunos podrían decir que es insensible poner en evidencia la responsabilidad humana de la pandemia actual mientras sigue en curso. ¿Es realmente inapropiado restregar nuestras caras colectivas en este desastre que nosotros mismos causamos? Esas inquietudes están fuera de lugar. No escuchamos las advertencias previas sobre los riesgos de nuestro comportamiento, realizadas en momentos con menos pánico.
Por último, el académico comentó que no busca negar los logros de la humanidad, pero sí dejar en claro que están combinados con carencias cognitivas y morales, lo que incluye la excesiva seguridad humana para resolver problemas.