Ante la emergencia sanitaria que ha provocado el coronavirus en el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido un “agresivo plan para salvar vidas”, en su esfuerzo para detener esta pandemia.
Hasta el momento no existe ninguna cura para el Covid-19 por lo que lo único que pueden hacer los doctores es aliviar los síntomas de esta enfermedad y esperar lo mejor.
Es por eso que la OMS lanzó una iniciativa llamada Solidaridad y que consiste en un estudio clínico en el que 10 países van a investigar la efectividad de cuatro drogas para tratar pacientes de coronavirus.
El objetivo de esto es recopilar una gran cantidad de información en el menor tiempo posible. Así que en lugar de trabajar en nuevos remedios, los participantes de la investigación verán si algún remedio puede ayudar a neutralizar la enfermedad.
“La virtud de este tipo de estudios es que puedes reclutar pacientes rápido”, le comentó a BBC Mundo el epidemiólogo George Rutherford, profesor de bioestadística en la Universidad de California de Estados Unidos.
Los países que serán parte del estudio son Argentina, Bahréin, Canadá, Francia, Irán, Noruega, Sudáfrica, España, Suiza y Tailandia. Se espera que sean miles de pacientes los que participen.
“Si, por ejemplo, yo estuviera haciendo estos análisis por mi cuenta en mi laboratorio, tendría dos o tres pacientes al día, pero con la participación de varios centros puedes tener 100 pacientes al día”, aseguró Rutherford.
La investigadora del Departamento de Vacunas y Productos Biológicos de Inmunización de la OMS, Ana María Henao-Restrepo, dijo a la revista Science, que este proyecto se está haciendo en un “tiempo récord”.
Aparte de este plan, hay al menos 20 posibles vacunas que se encuentran en desarrollo para detener el coronavirus.
La selección de las terapias
Para la selección de las cuatro terapias, los expertos evaluaron la calidad de información que se tenía y su disponibilidad. Estos tratamientos se han usado en enfermedades como el ébola, la maliria y el VIH.
Los tratamientos se harán de forma aleatoria, dependiendo de la disponibilidad de los hospitales y de los pacientes con Covid-19. Una vez aplicado el tratamiento se verá la evolución del paciente, incluida la fecha cuando se le da de alta o si no logra recuperarse.
“A pesar de que los protocolos se escriban de manera precisa, siempre habrá puntos de interpretación, eso puede generar que no haya comparaciones reales“, manifestó Rutherford.
Las cuatro terapias
1. Remdesivir
Originalmente se había elaborado para tratar el ébola, sin embargo no logró ser efectivo. Se cree que puede tener potencial contra el coronavirus por las pruebas de células cultivadas en laboratorios.
Según Stephen Morse, director del programa de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Columbia (EE.UU.), comentó a BBC Mundo, que el remdesivir “parece tener la más potente actividad anticoronavirus en las pruebas de laboratorio”.
2. Cloroquina/hidroxicloroquina
Por muchos años se uso la cloroquina contra la malaria, hasta que el parásito que causa la enfermedad logró tener resistencia al medicamento.
“Si funciona para la malaria, no necesariamente significa que funcionará para el Covid-19“, manifestó Rutherford.
Lo positivo de este remedio es que es barato y se administra vía oral. Sin embargo, este causa efectos secundarios como dolor de cabeza, mareos, pérdida de apetito, vómitos, entre otros.
3. Ritonavir y lopinavir
La combinación de ritonavir y lopinavir se ha usado para el tratamiendo del VIH. Los expertos coincidieron que no han resultados alentadores de esta mezcla contra el covid-19.
“Pero uno nunca sabe, es razonable volver a probar“, explica Rutherford.
4. Ritonavir/lopinavir e interferon-beta
La última opción que probará el estudio de la OMS es una mezcla de ritonavir y lopinavir junto con interferon-beta, una molécula que sirve para controlar la inflamación. Esto se mostró efectivo en animales afectados con el MERS, síndrome respiratorio de Oriente Medio.
Para la aplicación de este remedio hay que ser muy cuidadoso, ya que si se aplica en etapas muy avanzadas podrían haber efectos poco efectivos y causar más daños al paciente.