El viernes 31 de enero el viejo continente marcará un antes y un después con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, tras 47 años de relación. Fue un proceso de salida que duró cuatro años y que tendrá un periodo de transición hasta 2021 para finalmente tener una separación completa.
Desde el próximo mes, los británicos no tendrá ni voz ni voto en la UE. El referéndum que se aprobó el 2016, termina con el sueño de unificar a todo el continente, del cual Reino Unido fue parte desde 1973.
Este acuerdo finaliza después de negociaciones del gobierno británico encabezado en un principio por la ex primera ministra, Theresa May y un equipo dirigido por el francés Michel Barnier. El arreglo garantiza los derechos de ciudadanos europeos residentes en el Reino Unido y el de los ingleses en suelo europeo. Además, Londres deberá pagar 50.000 millones de euros y mantiene abierta las fronteras en las dos parte de Irlanda (la europea y la británica).
Cabe recordar que el responsable del inició del divorcio entre los británicos y el bloque europeo fue el ex primer ministro, David Cameron. En las elecciones de 2015 la autoridad se comprometió a celebrar un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE. Sin embargo, al año siguiente optó por dimitir asegurando que “la negociación necesita un liderazgo fuerte, tendrá que ser con un nuevo primer ministro”.
Su sucesora fue Theresa May quien mantuvo la promesa de continuar con el Brexit bajo una situación compleja. La primera ministra pasó todo su mandato negociando internamente con su partido, el Parlamento y con la Unión Europea los términos de la retirada, al no conseguir nada se vio obligada a renunciar a su cargo. “El Brexit fue difícil, fue un reto”, anunció en una entrevista con la BBC. Luego de que el pacto fuese rechazado tres veces por el Parlamento británico, May abandonó su cargo, siento relevado por su partidario conservador, Boris Johnson.
La luz verde del Parlamento Europeo
El Parlamento Europeo (PE) ratificó el Acuerdo del Brexit con 621 votos a favor y 49 en contra en Bruselas. Este convenio regula las condiciones de salida de Reino Unido y pondrá fin a su participación0 de cerca de medio siglo. El proceso de aprobación concluirá con una votación en el Consejo de Europa, tras esto, los 75 miembros británicos en el PE dejarán sus puestos el 31 de enero a la medianoche.
La sesión se terminado en una triste jornada entre llantos y abrazos de despedida. “Si se pudiera frenar el Brexit, sería el primero que votaría que no. Pero hoy no se trata de eso”, ha manifestado el presidente del grupo liberal Guy Verhofstadt, quien era el parlamentario responsable de negociar con Londres la salida de la Unión Europea.
“Es triste ver irse a un gran país, un país que nos ha aportado tanto culturalmente, económicamente, y políticamente, que dio su sangre dos veces para liberar Europa”, aseguró Verhofstadt en su discurso de despedida a los británicos.
Todos los presentes cantaron la popular canción tradicional escosesa, Auld Lang Syne, mientras se encontraban de pie para conmemorar el fin de un ciclo.
El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, fue el encargado de firmar el consentimiento de la Eurocámara al acuerdo de salida.“50 años de integración no pueden disolverse fácilmente”, afirmó él junto a otros miembros del Parlamento han mostrado su deseo de que el Brexit “no sea un adiós, sino un hasta la vista”.
La UE y el Reino Unido tienen 11 meses para negociar un acuerdo que regule la situación de ambos para un futuro. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen afirmó que “es un acuerdo de libre comercio con cero aranceles y cero cuotas, una característica excepcional que no tiene ningún otro acuerdo con un país tercero”.
Los cambios que traerá el Brexit para el Reino Unido
Tras la salida del Reino Unido, que se llevará a cabo ese 31 de enero, surgen muchas dudas sobre qué es lo que va a cambiar dentro en el país en este año. Una de las primeras reivindicaciones de los ingleses que apoyaban el Brexit desde el 2016, era poder recuperar el control total sobre sus políticas migratorias.
Dentro del bloque europeo el “mercado interior”permite la libre circulación de bienes, servicios, capital y personas. Desde 1993, los “ciudadanos europeos pueden vivir, trabajar, estudiar o hacer negocios con libertad” en cualquier otro Estado de la UE.
Esta ley provocó que el número de ciudadanos migratorios se dispara, alcanzando 219.000 llegadas en el primer trimestre de 2015 a Reino Unido. Sin embargo, tras el referéndum estos números bajaron hasta los 48.000 en el segundo trimestre de 2019. A su vez el pueblo británico también hacía uso de este beneficio emigrando a países más calurosos como España.
Este tratado de libre circulación se podrá utilizar hasta el 31 de diciembre de 2020, cuando acabe el periodo de transición.
En el caso de los residentes de Latinoamérica, es posible que se tenga que tramitar una visa para visitar y trabajar en este país. Sin embargo, esto es algo común en países como Estados Unidos, por lo que no afecta mayormente a los residentes de América Latina.
Otro problema que ocurre frente a este cambio es la mano de obra, el Reino Unido tiene una gran dependencia de trabajadores extranjeros, por lo que se verán en la tarea de contratar a más británicos, situación que complica al país por tener una tasa de empleo de 76,3%. Esto significa que habrá mayor cantidad pero menor demanda. .
Frente a esto, Boris Johnson sugirió que la mano de obra se puede compensar con medidas que faciliten la inmigración desde otras regiones del planeta. “Al poner a la gente antes que a los pasaportes, tendremos la capacidad de atraer a los mejores talentos de todo el mundo, estén donde estén”, afirmó.