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7 formas innovadoras para evitar el plástico en tus comidas

Alrededor del mundo, y especialmente en los océanos, millones de toneladas de utensilios y recipientes plásticos contaminan el medio ambiente.

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6 Septiembre, 2019

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Los seres humanos comemos como mínimo unas tres veces al día, lo que al año serían unas 1.095 comidas. Y probablemente ya te hayas dado cuenta de que en muchos de esos desayunos, almuerzos o cenas, por lo general, está presente el plástico. Ya sea en la botella de una bebida o en el envase de los productos del supermercado, el plástico asociado a los alimentos no solo amenaza el medio ambiente, también se introduce en nuestro organismo.

En vista de los actuales problemas medioambientales que enfrenta el planeta, National Geographic da los siguientes consejos para evitar el plástico en tus comidas:

Tápers de vidrio

“Nos hemos acostumbrado a los envases de plástico pero existen muchas alternativas para transportar la comida. Los tápers de cristal son los más fáciles de encontrar pero también son los más pesados. Si quieres transportar tu comida o snack en un recipiente más ligero, puedes optar por los fabricados en acero o cerámica. Incluso si quieres ahorrar, la opción más barata es echar mano de la imaginación y utilizar algún tarro hermético que ya tengas por casa para meter los alimentos”.

Alternativa a cubiertos de plástico

“Ya sea para una fiesta en casa o para comer algo por calle, existen cubiertos desechables más ecológicos que los de plástico. Los hay de bambú, cartón, madera e incluso desechables pero fabricados con material biodegradable. Todos ellos son igual de prácticos pero menos contaminantes. Si sabes que te harán falta, puedes llevarlos contigo en un pequeño estuche para usar cuando sea necesario”.

¿Film de plástico y papel de aluminio?

“Casi a diario lo usamos en la cocina para tapar alimentos, platos o fuentes con comida. Ambos productos son muy contaminantes, de un solo uso y con una vida útil muy efímera. Por suerte es fácil encontrar alternativas para sustituirlos. Los envoltorios de cera de abeja son una de las opciones más ecológicas. Les das forma con el calor de tus manos y cuando ya no los necesites los limpias y quedan como nuevos. También puedes optar por tapas de silicona reutilizables que se adaptan fácilmente a cualquier recipiente. Pero incluso existen unas últimas opciones más prácticas y baratas: utiliza paños de cocina, botes herméticos o tápers de cristal que ya tengas por casa para conservar las frutas y verduras”.

Moldes para cupcakes de acero inoxidable

“Hacer magdalenes, muffins y cupcakes de manera individual en su molde de plástico o de papel es precioso pero es una práctica muy poco sostenible. Lo mejor para el medio ambiente es optar por los moldes desmontables de acero inoxidable. Se pueden usar infinitas veces y el postre estará igual de bueno”.

Filtros de agua en vez de agua embotellada

“Para evitar el consumo de plástico sin renunciar a beber agua en buen estado, podemos filtrar el agua del grifo. Para ello existen alternativas como las jarras con el filtro incorporado o los filtros de carbón activado, que actúan dejando reposar el líquido durante un par de horas, eliminando impurezas y el mal sabor”.

Adiós a las cápsulas de café

“Las innovadoras cápsulas de café de aluminio se han convertido en todo un problema medioambiental. Para evitar su uso lo mejor es comprar una clásica cafetera italiana que no requiera de dichas cápsulas. Pero si no quieres renunciar al café de máquina, puedes comprar una cápsula recargable. Algunas son de plástico pero también las hay de acero inoxidable. Metes el café molido, cierras bien y la usas como las desechables, pero cientos de veces. Si esta opción tampoco te convence, lo que debes hacer es acumular las cápsulas usadas y llevarlas a un punto limpio donde las reciclen”.

Congelados

“La sección de congelados del supermercado está llena de plásticos que se pueden evitar fácilmente. Basta con comprar los alimentos frescos y congelarlos nosotros mismos. Los tuppers o fuentes de cristal son una buena opción para conservarlos en el congelador. Eso sí, es necesario no cerrarlos herméticamente para que salga un poco el aire y listo. Otra opción muy práctica e higiénica son las bolsas de silicona. Son resistentes, aislantes y existen de distintos tamaños para adaptarse a cada necesidad alimentaria. Sin duda, una gran opción para evitar las bolsas de plástico que siempre terminan en la basura”.

Los consejos fueron escritos por Paula González, periodista y especialista en el movimiento “Slow”. Puedes seguir sus experiencias aquí.

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