El pasado jueves 8 de agosto, hubo una explosión en una base militar al norte de Rusia, en la ciudad de Nionoska, cerca de Severodvink, al norte del país. Este hecho aumentó entre 4 a 16 veces en los niveles de radiación, algo que trae al recuerdo el incidente de Chernobyl.
El sábado, las autoridades rusas informaron que este hecho en una prueba de lanzamiento de misiles afectó a un proyectil de propulsión nuclear. Ante esto, el ministro de Defensa sostuvo que la explosión“un motor a reacción de combustible líquido”, y advirtió que “no hubo emisiones de sustancias nocivas a la atmósfera”.
Ante esto, en Duna en Punto , Juan Paulo Iglesias, editor de Opinión de La Tercera, aseveró que “este hecho ha seguido escalando y las autoridades informaron que se pidió la evacuación de la Nionoska, que tienes cerca de 400 habitantes. Sin embargo, esto fue desmentido”.
“La causas de tanto misterio, como Chernobyl, es el miedo a revelar una explosión de semejante explosión, que es poco probable, o estaban probando algo que no quieren que occidente sepa, y eso es lo más probable”, sostuvo el periodista.
Esta arma que explotó pueden ser parte de las seis misiles que presentó el mandatario ruso el 1 de marzo de este año. “Nadie en el mundo tiene algo igual, por ahora. ¡Es algo fantástico!”, aseguró Putin.
A este misil la OTAN los llama “Skyfall”, por su parte los rusos la llaman “Burevestnik2, y es un misil con u mini reactor nuclear. “Este cohete que alguna vez quiso experimentar EE.UU. pero debido a que era tan riesgoso dejó de hacerlo”, afirmó Iglesias.
Los misiles con propulsión nuclear pueden viajar a distancias mayores que otros cohetes y a una velocidad muchísimo mayor que supera cualquier tipo de escudo antimisiles, por lo que sería un arma imposible de detener.