Este lunes el gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, anunció nuevas medidas para restringir la residencia definitiva o la ciudadanía a inmigrantes que reciban ayudas sociales.
“Una vez que esta norma sea implementada y sea efectiva a partir del 15 de octubre los funcionarios migratorios van a considerar que si un extranjero recibió o recibe algunas de las ayudas señaladas esto va a ser considerado como un factor negativo al examinar su caso”, dijo Ken Cuccinelli, director interino de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de la Casa Blanca, según informa la agencia AFP.
Se trata de un controvertido cambio que afectará los procesos para recibir la nacionalidad de millones de inmigrantes, en su mayoría de origen latino, que perciben bajos ingresos por su trabajo y que dependen de ayudas sociales para subsistir.
Entre los beneficios sociales que serán considerados en este nuevo filtro de migrantes por parte de EE.UU están los subsidios para vivienda, el seguro de salud público Medicaid y los bonos para comprar alimentos.
“Esta acción va a ayudar a asegurar que si un extranjero entra o permanece en Estados Unidos deba mantenerse a sí mismo y no depender de ayudas sociales”, expresaron desde el gobierno en un comunicado.
Actualmente en Estados Unidos hay cerca de 22 millones de extranjeros que residen legalmente en el país, los que eventualmente podrían verse afectados por la medida. Además de trabajadores a bajo sueldo o personas en condiciones precarias, las consecuencias podrían también recalar en inmigrantes de la tercera edad, quienes obtienen medicamentos a bajo costo por medio de ayudas sociales.
Se espera, sin embargo, que durante los próximos días la medida anunciada por el gobierno estadounidense enfrente demandas legales, por lo que podría retrasarse o suspenderse si es que Justicia así lo dictamina.