“Berko, el arte de callar”: La serie con un villano inspirado en Carlos Cardoen
Basada en la novela “El arte de callar” de Roberto Brodsky, esta serie policial de FOX se interna en el tráfico de armas en el Chile del retorno a la democracia.
Este viernes la cadena FOX estrena su nueva miniserie “Berko, el arte de callar”, una producción de cuatro capítulos dirigida por Nicolás Acuña (El reemplazante) y protagonizada por Daniela Ramírez y Benjamín Vicuña.
Basada en la novela “El arte de callar” de Roberto Brodsky, esta serie policial, según sus realizadores, revive un crimen real: “Es un retorno a la democracia en el que Pinochet sigue manejando y ejerciendo el poder desde las sombras”.
Boris Berkowitz, el periodista interpretado por Vicuña, está de vuelta en Chile tras un periodo en el exilio. Se ocupa de cubrir la vida nocturna de Santiago para un diario del país durante los primeros días de mandato de Patricio Aylwin. Asiste a la Fidae y afirma: “Qué raro, una feria de armas y aviones para inaugurar la democracia”. Todo se termina de torcer cuando conoce a una escort y además le sigue los pasos a la misteriosa muerte del periodista británico Jonathan Moyle, encontrado sin vida en su habitación en el Hotel Carrera el 31 de marzo de ese año, mientras cubría la tradicional feria organizada por la Fuerza Aérea.
De esta forma, el protagonista de “Berko: el arte de callar” pasa de escribir un perfil sobre esa escort, llamada Divina Day (Daniela Ramírez), a investigar el tráfico de armas a Croacia que involucró a la Famae. Se encuentra con militares y personajes de preponderancia en el país, hasta llegar a Rulfo (Alejandro Goic), un hombre de carácter intimidante que defiende el tráfico de armas e invita gentilmente a Berkowitz a reportear otros temas.
Justamente ese personaje, Rulfo, recoge algunos elementos de Carlos Cardoen, empresario y fabricante de armas entre los años 70 y 90, quien por estos días se encuentra con arresto domiciliario mientras se tramita la solicitud de detención con fines de extradición pedida por Estados Unidos.
“Hay una investigación histórica detrás, que está en la novela. Claramente no es Cardoen, pero sí está inspirado en él”, comenta Nicolás Acuña.