Washington se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en aprobar una ley que permitirá que los difuntos sean transformados en compost. La medida autoriza una “reducción natural orgánica”, es decir una “conversión contenida y acelerada de restos humanos en tierra”.
“Ofrece una alternativa al embalsamamiento y entierro o cremación. Es natural, segura, sostenible, y resultará en un ahorro significativo de emisiones de CO2 y en el uso de la tierra”, comenta Katrina Spade, una de las impulsoras del proyecto.
La joven ha trabajado en esta alternativa durante 10 años. Para ello creó la firma Recompose en Seattle, desde donde desarrolló un proceso de compostaje humano que está próximo a ser comercializado.
Este proceso se centra en acelerar la descomposición natural del cuerpo, que es colocado en un contenedor que sirve de ataúd para el funeral. Allí se deposita con paja, virutas de madera y alfalfa para crear las condiciones perfectas de humedad y oxigenación para que las bacterias hagan su trabajo. “Todo, incluyendo los dientes y huesos, se convierte en compost”, aseguran desde Recompose sobre este ciclo que dura 30 días.
Luego de esto, las familias reciben un metro cúbico de un material “muy parecido a una tierra vegetal que se compra en un vivero”, que se puede esparcir por jardines o incluso usar para plantar un árbol.
La ley, que fue aprobada por el Senado a fines de abril y entrará en vigor en mayo del próximo año, fue firmada este martes por el gobernador Jay Inslee, quien, con un mensaje centrado en la ecología, busca ser el candidato demócrata en las presidenciales de 2020, según informa AFP.