La preocupación por los altos índices de sobrepeso y obesidad en Chile ha ido en aumento durante los últimos años. Y no es para menos, ya que durante el 2018 un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indicó que el 34,4% de la población chilena mayor de 15 años presentaba altos índices de obesidad, ubicándonos como el segundo país OCDE con mayores tasas de obesidad.
Sin embargo, el fenómeno está lejos de ser un problema local o regional. Según un estudio realizado por más de un millar de científicos alrededor del mundo, el índice de masa corporal de la humanidad ha aumentado una cantidad equivalente a que cada persona engordase unos seis kilos, entre 1985 y 2017.
La investigación, que apareció esta semana en la revista Nature, y que analizó el peso y la altura de más de 112 millones de personas en prácticamente todos los países, explica que más del 55% de este aumento se debe al sobrepeso y la obesidad en zonas rurales. Lo que incluso llega al 80% en algunos países pobres o de medianos ingresos.
Pese a que la obesidad a nivel mundial es un fenómeno ampliamente conocido, estas nuevas cifras muestran una realidad que los investigadores no se esperaban, ya que por décadas habían intuido que la epidemia mundial de obesidad y el crecimiento de las ciudades iban de la mano.
“En los países de altos ingresos en realidad es más fácil, en muchos aspectos, comer de manera saludable en las ciudades, porque hay alimentos frescos disponibles y quizá más baratos, y también hay más instalaciones deportivas“, comentó el epidemiólogo Majid Ezzati, uno de los autores principales del estudio.
Así lo demuestran los números, que dicen que el índice de masa corporal aumentó en promedio 2,1 kilogramos por metro cuadrado desde 1985 en las zonas rurales, tanto en mujeres como en hombres. Mientras que en las ciudades ese incremento baja a 1,3 en mujeres y 1,6 en hombres.
Debido a esto, los autores del trabajo creen que es “urgente” facilitar el acceso a alimentos saludables, “para evitar que la desnutrición rural en los países pobres sea sustituida por una malnutrición con un consumo excesivo de calorías de baja calidad”.
Más allá de lo preocupante de las cifras, al mirar en particular el comportamiento de cada país se encuentran excepciones. En una docena de países europeos, por ejemplo, el índice de masa corporal de las mujeres no ha subido, sino que ha descendido levemente desde 1985. Lo contrario sucede en países como Honduras y Egipto, donde las mujeres han subido un promedio de cinco kilos. En cuanto a los hombres, en todos los países han aumentado su peso.