Hace menos de un mes, se viralizó la noticia de una “invasión” de osos polares en un asentamiento militar ruso denominado Beluchia Guba, en el archipiélago de Novaya Zemlya, en el Ártico.
Fueron alrededor de 50 ejemplares que se aproximaron a la aldea, y al menos una decena recorrió sus calles, por lo que las autoridades locales decretaron estado de emergencia durante una semana y pidieron ayuda a Moscú.
La crisis llamó la atención del mundo, porque comenzaron a circular videos y fotografías de los animales alimentándose de desechos que encontraron en un colmado vertedero cerca de la localidad.
Desde distintos sectores activistas criticaron a las autoridades por la cantidad de residuos presentes en el lugar. Sin embargo, expertos apuntaron que la causa fundamental de la aproximación fue el congelamiento tardío del mar, lo que impidió que los osos cazaran focas y los forzó a buscar fuentes alternativas de alimentos.
“La observación del hielo muestra que previamente el hielo cerca de Beluchia Guba se formaba en diciembre. Durante miles de años, los osos migraron en esta época del año para cazar focas. Este año, sin embargo, llegaron a la costa y no había hielo“, explicó Ilya Mordvintsev, miembro del Instituto Severtsov en Moscú, quien participó de los equipos de ayuda en el sector.
Con el paso de los días la crisis por los osos polares se descomprimió, ya que el hielo se volvió a formar y los animales retornaron a su hábitat natural para cazar. “Pero es imposible descartar que esta situación vuelva a repetirse en el futuro”, advirtió Mordvintsev.
A medida que Rusia aumenta su presencia en el Ártico en busca de proyectos energéticos, navegación del Pasaje del Norte e intereses militares estratégicos, los expertos predicen que habrá más encuentros con osos polares, según publica la agencia AFP.
“El desarrollo en el Ártico definitivamente hará aumentar los conflictos con seres humanos, especialmente ahora que los osos polares están perdiendo su plataforma de vida en varias regiones”, vaticinó el biólogo Anatoly Kochnev, quien estudia a esta especie hace casi 40 años.
Antiguamente la Unión Soviética usó este territorio para pruebas nucleares y actualmente todavía tiene acceso restringido. De todas formas, los militares rusos ya construyeron nuevos edificios y una pista de aterrizaje con miras a la explotación de minas de plomo y zinc. Tal como dio luces el gobierno ruso en 2014, cuando anunció que el Ártico era una prioridad estratégica.
Según Kochnev, en la actualidad las instrucciones relativas a los osos polares apuntan a cómo espantarlos del lugar. Y critica que la prioridad deberían ser construcciones fortificadas para prevenir contactos con la población.