Un estudio elaborado por el Statens Serum Institut de Copenhague realizó un seguimiento a más de 600.000 niños durante 12 años, en que se demostró que no existen vínculos entre la vacuna triple vírica y el autismo.
Este instituto, dedicado, entre otras funciones, a combatir y prevenir enfermedades infecciosas, examinó diversos factores relacionados a esta afección, como grupos de riesgo, historial familiar y otras vacunas.
La creencia de que esta inyección aumenta o desencadena los riesgos de autismo partió a raíz de una investigación hecha por Andrew Wakefield en 1998, quien examinó a 12 niños autistas para realizar su teoría, la que ha sido desacreditada en diversas ocasiones.
Metodología y resultados
En la reciente investigación publicada en la revista Annals of Internal Medicine se estudió a un total de 657.461 niños daneses, nacidos entre 1999 y el 31 de diciembre de 2010, a los que se acompañó hasta el año 2013.
Los resultados mostraron que de un total de 6.517 casos que fueron diagnosticados con autismo, las posibilidades de desarrollar la enfermedad fueron iguales entre quienes estaban vacunados y quienes no.
El “movimiento antivacunas” provocó un aumento de casos de sarampión, que a nivel mundial ha llegado a un 30%, por lo que se convirtió en parte de los retos a enfrentar por la Organización de las Naciones Unidas.
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