La caída del mito de Justin Trudeau: El escándalo de corrupción que amenaza al primer ministro de Canadá
Según el medio “The Globe and Mail”, la principal autoridad de Canadá ejerció presiones inapropiadas durante meses contra la ex ministra de Justicia y Asuntos Veteranos, Jody Wilson-Raybould, para que la firma de ingeniería SNC-Lavalin no fuera procesada por haber pagado sobornos por valor de 31,7 millones de euros a líderes del régimen libio.
Sin duda Justin Trudeau era uno de los líderes mundiales considerados perfecto. Progresista, afable, defensor de los derechos de la mujer, de los indígenas y del movimiento LGBTI, uno de los pocos que les ha hecho frente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Sin embargo, un escándalo de corrupción está poniendo en peligro la imagen intachable del primer ministro canadiense, ocho meses antes de la elección.
Según el medio The Globe and Mail, la oficina de Trudeau ejerció presiones inapropiadas durante meses contra la ex ministra de Justicia y Asuntos Veteranos, Jody Wilson-Raybould, para que la firma de ingeniería SNC-Lavalin no fuera procesada por haber pagado sobornos por valor de 31,7 millones de euros a Saadi Gadafi y otros altos cargos del régimen libio entre 2001 y 2011, año que Muamar el Gadafi fue defenestrado y ejecutado.
El medio asegura que el primer ministro junto a sus asesores presionaron a la Wilson-Rayboulda, primera persona de origen indígena que se ejerció ese cargo, para que frenara el proceso y permitiera a la compañía salir más o menos airosa a cambio de un acuerdo extrajudicial. Sin embargo. la ministra no cedió.
Por su parte SNC-Lavalin había presentado un recurso de apelación y el fallo está pendiente. Trudeau niega todas las acusaciones.
Estas denuncias contra el primer ministro han provocado una crisis al interior de su gabinete, algo que se ha visto reflejado el lunes con la renuncia de otra ministra la titular del Tesoro, Janet Philpott, una de las personas más respetadas del gobierno y amiga personal de Wilson-Raybould.
En su carta de dimisión, la ministra señaló que “desgraciadamente, la evidencia de esfuerzos por políticos y funcionarios para presionar a la ministra de Justicia para que interviniera en el caso criminal de SNC-Lavalin, y la evidencia del contenido de esos esfuerzos, me han provocado graves preocupaciones”.
“Los principios solemnes en juego son la independencia e integridad de nuestro sistema de justicia. Es una doctrina fundamental del imperio de la ley que nuestro fiscal general (y ministro de Justicia) no deba estar sujeto a presiones o interferencias políticas con respecto al ejercicio de su discreción procesal en casos criminales”, aseveró.
Canadá es parte de los 10 países con menor percepción de corrupción entre sus habitantes, según la Organización para la Transparencia Internacional.