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Científicos logran producir compuestos medicinales de la marihuana sin necesidad de cultivarla

En poco tiempo más, la forma de producir THC o CBD se realizaría en recipientes parecidos a los que sirven para fermentar cerveza y no en plantaciones de marihuana. 

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1 Marzo, 2019

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La legalización de la marihuana para fines médicos y recreativos en varios estados de Estados Unidos y en Canadá ha impulsado que científicos estén buscando la forma de extraer sus componentes de distintas formas. Ya sea para obtener un producto que no necesariamente se fume, o para administrarlo con más precisión y solo con los efectos deseados.

Es así como esta semana se publicó en la prestigiosa revista de ciencia Nature una técnica para producir los ingredientes de la marihuana sin necesidad de cultivar la planta. Los resultados serían la producción de THC, sustancia psicotrópica presente en el cannabis, o el CBD, sustancia con propiedades médicas pero que no “vuela”, con un costo más barato y una concentración más pura.

Esto permitirá, por ejemplo, que alguien que quisiera el efecto del CBD para contrarrestar los dolores de la artritis, no tenga riesgo de experimentar una “volada” que no desea.

Para lograr tal avance, un equipo de científicos de la Universidad de California en Berkeley, liderado por Jay Keasling, utiliza la versatilidad del hongo Saccharomyces cerevisiae. La misma levadura que se usa para la elaboración del pan, la cerveza o el vino, y que ha sido utilizada por milenios por los humanos, mucho antes de saber que existía.

El procedimiento implementado por el equipo consiste en secuestrar el metabolismo del hongo, que normalmente convertiría en alcohol los azúcares que se le proporcionan, para generar los cannabinoides. “Para conseguir que produzcan estos compuestos hay que realizar una gran cantidad de modificaciones en su metabolismo mediante ingeniería genética para redirigir ese metabolismo a que produzca unos compuestos con una estructura molecular complicada, muy alejada de los compuestos que suelen producir”, explica a El País Roberto Pérez, investigador del IATA-CSIC en Valencia.

Además de los beneficios ya explicados, el objetivo de los investigadores también apunta a reducir el impacto medioambiental. El mismo grupo ya ha utilizado levaduras para producir artemisina, un fármaco contra la malaria, o para convertir residuos vegetales en biocombustible. Por eso la importancia de esta investigación, ya que según el científico Evan Mills, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, aproximadamente el 1% de toda la electricidad que se utiliza en Estados Unidos, con un gasto de 6.000 millones de dólares anuales, se consume por la industria legal de marihuana en invernaderos. Una actividad que produce las mismas emisiones de CO2 que tres millones de autos, asegura un artículo de El País.

Con confianza en este descubrimiento, la industria ya tiene los ojos puestos en las proyecciones económicas que tendría poder generar los componentes del cannabis a un menor costo y superar la producción de canabioides de los invernaderos. Por eso es que ya hay varios millones de dólares invertidos como capital de riesgo, y se puede adelantar que, en poco tiempo más la elaboración de THC y CBD se realizaría en recipientes parecidos a los que sirven para fermentar cerveza y no en plantaciones de marihuana, lo que al mismo tiempo podría reducir las trabas para investigar este tipo de sustancias y aumentar sus aplicaciones terapéuticas.

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