En 2016 el Zika generó alarma a nivel mundial, tanto que la Organización Mundial de la Salud decretó una emergencia sanitaria. Hoy el foco está en otro virus: la Fiebre del Valle del Rift, principalmente por el daño que puede provocar a mujeres embarazadas.
El ganado es el principal afectado con este virus y se presenta produciendo abortos espontáneos a las hembras. En los humanos, el contagio se produce por estar en contacto con animales infectados o por la picadura de mosquitos y también podría llegar a producir abortos.
Según un estudio publicado por Science Advances, por primera vez se demostró la transmisión entre la madre y el feto en especies que no son ganado, el cual afecta la placenta de una forma mucho más directa que el Zika.
Amy L. Hartman, especialista en enfermedades infecciosas y microbiología de la Universidad de Pittsburgh, explicó:
“Nuestro estudio apunta a la necesidad de recopilar más datos de los brotes humanos para evaluar realmente el riesgo para las mujeres embarazadas”, aseveró.
Esta enfermedad se detectó por primera vez en Kenia, cerca del año 30 cuando afectó a una granja de ovejas. Desde ahí se extendió por varios países de África y partes del Medio Oriente: “Si se extendiera más allá de esas áreas, a Europa o América, entonces sí podría ser peor que el Zika”, afirma Hartman.
A pesar de que esta fiebre en humanos solo provoca síntomas similares a los de la gripe, en 1977 se produjo la peor epidemia en Egipto, con más de 200.000 contagios y cerca de 600 muertos. Y el riesgo aumenta en mujeres embarazadas ya que puede provocar abortos espontáneos.
Actualmente no existe vacuna para las personas, pero sí para los animales.