Desde noviembre de 2018, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, enfrenta una compleja situación debido a las marchas llevadas a cabo por el movimiento “chaleco amarillos”, que protestan por el alza de precios en el diesel, el combustible más usado en el país galo, debido a la transición de la nación a una más ecológica.
La movilización de los “Gilets jaunes” o en español “chalecos amarrillos”, desde que comenzó hasta la fecha ha dejado unos 11 muertos, lo cual ha lamentado Macron pero asegura que estos fallecimientos no han sido culpa de las fuerzas del orden.
“Lamento que once de nuestros conciudadanos murieran durante esta crisis (…) pero ninguno de ellos fue víctima de las fuerzas del orden”, recalcó el jefe de Estado francés junto al presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, en el palacio Itihadiya, en El Cairo.
No solo las calles se ha tomado este movimiento, sino que también la literatura. Tal como informa El País, un ejemplo de esto es el libro de Michel Houellebecq “Serotonina (Anagrama)” describe la desmoralización de un mundo rural que se siente despreciado por París y Bruselas. Los campesinos en cólera cortan una autopista y se enfrentan con la policía.
Si bien esta obra fue estrenada antes de que aparecieran los chalecos amarillos, pareciera que describe lo que está ocurriendo en Francia en la actualidad.
Textos como “Leurs enfants après eux” del recién premiado con el Goncourt en 2018, Nicolas Mathieu, inspirado en el modelo de la escritora francesa Annie Ernaux que en sus novelas cortas retrata esta otra Francia, la de los de abajo.
En el libro de Mathieu, cuando el protagonista de la historia, Anthony consigue empleo, el narrador cuenta que “el problema es que no se encontraba a la puerta de al lado de su casa, toda la paga se iba en el carburante, o casi”
¿Quiénes son los “Bufandas Rojas”?: El movimiento contra la violencia en Francia
Unas 10.500 personas marcharon el domingo en Francia para condenar la violencia de los “chalecos amarillos” , esta manifestación se llevo un día tras la movilización de los “Gilets jaunes”, que cumplieron su onceavo sábado de protesta.
Esta manifestación fue convocada por los bufandas rojas y la asociación “Stop. Maintenant, ça suffit” (Stop. Ahora, basta ya), con el apoyo de los llamados “chalecos azules”, otro colectivo surgido en respuesta a los “amarillos”.
Los protestantes llevaban carteles con consignas como: “detengan la violencia” y “saquen las manos de mi República”, durante la marcha que terminó en la plaza de la Bastilla.
A través de Facebook el movimiento explicó que la manifestación es contra los altercados recientes y “el clima de insurrección instaurado por los ‘chalecos amarillos’”.
“Basta de bloqueos, de violencia, de confiscación de la palabra y del espacio público”, señalaban el llamado a manifestarse.