¿Quiénes son los “chalecos amarillos”?: El movimiento que paraliza a Francia

Autos quemados y ventanas de comercios destrozadas en la avenida Kléber, en París, es lo que encontró el presidente Emmanuel Macron, al regresar a Francia tras la Cumbre del G20.

Los “Gilets jaunes” o en español “chalecos amarrillos” han liderado las manifestaciones en contra del presidente debido al alza de precios en el diesel, el combustible más usado en el país galo, debido a la transición del país en uno más ecológico.

Desde que comenzaron las manifestaciones en Francia han muerto tres personas. Solo este fin de semana, 100 personas resultaron heridas en la capital francesa, incluidos 23 miembros de las fuerzas de seguridad, y cerca de 400 personas fueron arrestadas, informó la policía.

Uno de los monumentos que fueron afectados por los manifestantes fue el Arco de Triunfo, que no solamente fue rayado con mensajes contra Macron, sino que también hubo daños y saqueos al interior de la estructura. 

Durante la Cumbre del G20 el sábado, el mandatario se refirió a la manifestaciones en el país y afirmó que “nunca aceptaré la violencia”,

“Ninguna causa justifica que las autoridades sean atacadas, que las empresas sean saqueadas, que los transeúntes o los periodistas estén amenazados o que el Arco de Triunfo sea manchado”, afirmó.

Los “chalecos amarillos”, llamados así debido que se manifiestan con chalecos fluorecentes, se quejan del alza tributaria sobre los carburantes para financiar la transición energética.

Este movimiento no tiene un liderazgo designado y ha tomado fuerza a través de las redes sociales con una amplia gama de participantes desde la extrema izquierda anarquista a la extrema derecha nacionalista, así como muchos moderados.

Por su parte, el presidente asegura que el alza de alrededor de un 23% en los últimos 12 meses a un promedio de US$1,71 por litro, han sido necesarios.

Asimismo, el portavoz del Ejecutivo, Benjamin Griveaux, reiteró en una entrevista en RMC que desde el gobierno han escuchado “el descontento popular” pero que no darán marcha atrás en la fiscalidad del combustible.

“Piden poder vivir decentemente de su trabajo, que sus hijos vivan mejor que ellos, es por eso que preferimos poner impuestos en el carburante y no en el trabajo y hemos puesto en marcha dispositivos para acompañarles porque la transición ecológica es difícil”, sostuvo la autoridad.

Según AFP, el plan del Ejecutivo francés es aplicar a partir de 2019 un impuesto sobre las emisiones de carbono, que supondrá un aumento de 6,5 céntimos de euro por litro en el gasóleo y de 2,9 céntimos por litro en la gasolina.