Un 16 de octubre, hace 20 años, la policía británica ingresó a la habitación de Augusto Pinochet en The London Clinic, Inglaterra, para notificarle que el juez español, Baltasar Garzón, había ordenado su arresto por delitos de genocidio, terrorismo internacional, torturas y desaparición de personas durante la dictadura militar ocurrida entre 1973 y 1990 en Chile.
La maniobra, más en especifico, apuntaba a enjuiciar al dictador chileno por crímenes contra ciudadanos españoles en el régimen militar, y sorprendió a la familia Pinochet, que esperaba que el entonces senador vitalicio se sometiera a cirugía por una hernia.