“Estar en deuda con la naturaleza es peligroso, porque cuando las reservas de agua se agoten y no queden ni aire limpio ni tierra cultivable, no dispondremos de un segundo planeta que nos facilite estos recursos”, se puede leer al inicio de un artículo escrito por el director ejecutivo de la Organización del Sistema CGIAR, Elwyn Grainger-Jones, en The Conversation.
En este texto, se apunta al sistema alimentario, que representa la forma en la que la humanidad cultiva, produce, transporta y consume alimentos, como una de las claves para proteger al planeta del desabastecimiento que está sufriendo.
Pero al mismo tiempo, plantea que el funcionamiento inapropiado de este sistema es uno de los principales responsables del cambio climático y la deforestación. “Están disminuyendo las reservas de agua dulce y la biodiversidad”, asegura.
Por este motivo, se hace necesario buscar alternativas para transformar los sistemas alimentarios para que cada vez tengan un impacto ambiental menor. Y así “saldar la deuda” que tenemos con el planeta.
A continuación, cinco propuestas científicas para hacer más sustentable la cría de ganado, el cultivo de alimentos y el reciclaje de aguas residuales.
Reducir las emisiones de animales
Detrás del sector energético y el transporte, el sistema alimentario es uno de los principales responsables de la producción de gases invernadero. En ese sentido, la cría de ganado para generar carnes y lácteos supone un 14% de esos gases, debido al metano que emanan los animales, afirma el artículo también publicado por El País.
El Instituto Internacional de Investigaciones Agropecuarias trabaja en Brasil y Uruguay para identificar tipos de ganado que produzcan menores emisiones de metano. Una vez logrado este objetivo, se podrán criar y reproducir estas especies, lo que contribuiría a reducir entre un 5 y un 20% este tipo de contaminación.
Recuperar alimentos olvidados
El 75% de lo alimentos producidos en el mundo provienen de solo 12 tipos de cultivo y cinco especies de animales. Se estima que unas 940 especies de las plantas que se cultivan para consumo humano están en peligro de extinción.
Frente a estas cifras, conviene poner ojo en la gran variedad de alimentos olvidados que son resistentes a los cambios del clima, cargados de nutrientes y que podrían producirse de forma sostenible.
Enfocados en esos “tesoros nutricionales” se encuentran Científicos del Consorcio Africano de Cultivos Huérfanos, organizado por el Centro Agroforestal Mundial, quienes se han planteado suplir la demanda mundial con un trabajo enfocado en optimizar cultivos infrautilizados para mejorar su resiliencia y calidad nutricional.
Agricultura de precisión
“El nitrógeno, el fósforo y el potasio son nutrientes esenciales para el crecimiento de los cultivos alimenticios. El abuso de estos fertilizantes empieza a superar la cantidad máxima de sustancias químicas que la naturaleza puede asimilar”, explica Elwyn Grainger-Jones.
Un estudio del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria, por medio de un experimento en México, logró comprobar que un uso más preciso del nitrógeno logra disminuir significativamente el efecto de contaminación en los suelos, y todo esto sin afectar las cosechas.
Para esto mismo, una serie de investigadores alrededor del mundo han impulsado el asesoramiento a agricultores para que tengan una aplicación más regulada de fertilizantes. Así mismo, ya existe tecnología para medir la cantidad de minerales en los suelos, como también los componentes del aire de cada zona. Lo que contribuirá, seguramente, a que la agricultura sea mucho más sustentable.
Controlar la deforestación desde el cielo
El Centro para la Investigación Forestal Internacional creó un mapa que permite monitorear los cultivos que incurren en prácticas no sostenibles. Lo hacen por medio de imágenes satelitales que se actualizan regularmente, y están enfocadas en controlar el gran negocio de los cultivos para la elaboración de aceite de palma, que contribuye con un gran porcentaje de la deforestación mundial.
“Se estima que la agricultura fue, entre 2000 y 2010, responsable del 80% de la deforestación mundial”, asegura el artículo. Por esto mismo, este tipo de iniciativas contribuyen a que las grandes industrias de alimentos tengan una fiscalización más amplia respecto al impacto ambiental que producen.
Reciclar aguas residuales
Debe ser uno de los problemas más visibles: el agotamiento de recursos hídricos. Y en ese sentido, se estima que alrededor de un 84% del agua dulce del mundo se destina a la agricultura.
La reutilización de las aguas es una de las preocupaciones más importantes para los investigadores, ya que alrededor de la mitad del agua dulce del planeta acaba convertida en residuos inutilizables. Por eso, el Instituto Internacional de Gestión del Agua ha estudiado hasta 24 propuestas para la reutilización de aguas residuales, y que al mismo tiempo esto sea rentable.
Ya hay países que han implementado algunos proyectos. Por ejemplo, en Bangladesh “el agua residual de un complejo hospitalario, que normalmente habría acabado vertida en un río cercano, ha sido reutilizada en la producción de alimentos ricos en proteínas para la cría de peces”.
Más positivo aún es que los ingresos por la venta de estos peces superó el gasto efectuado en el proceso de reutilización del agua.