Donald Trump anunció que Estados Unidos tomará importantes medidas económicas contra Turquía si no liberan “rápido” a Andrew Brunson, el pastor evangélico norteamericano que agudiza las tensiones entre ambos países. Pero ¿quién es este personaje? ¿Cuál es su relevancia?
En octubre del 2016, Andrew Brunson fue encarcelado durante la ola de detenciones que llevó a cabo el gobierno de Turquía luego de un fallido golpe de Estado contra el mandatario Recep Tayip Erdogan.
En un principio, el pastor estadounidense quedó privado de libertad por su presunta participación en un grupo terrorista armado. Y posteriormente, en el 2017, fue imputado por cargos de espionaje e intento de derrocar al gobierno.
Según escribió el presidente de Estados Unidos en Twitter, Brunson es “un gran cristiano, hombre de familia y maravilloso ser humano“, quien “está sufriendo mucho”. Al mismo tiempo que aseguró que es “inocente” y debe ser liberado.
Andrew Brunson es oriundo de Carolina del Norte, tiene 50 años, y su actividad más llamativa es la de pastor de la iglesia evangélica Presbiteriana. Hace más de 24 años que vive en Izmir, la tercera ciudad más grande Turquía, que está ubicada en la costa occidental del país.
En cuanto a su vida personal, la información que se tiene es que está casado, tiene tres hijos y, hasta antes de ser detenido, se hacía cargo de una pequeña iglesia que congregaba a alrededor de 25 personas. Además, junto a su familia habían pedido la residencia permanente en Turquía.
Esta solicitud fue la que, según relatan los estadounidenses, terminó con la detención de Brunson y su pareja a principios del 2016. Fue cuando acudieron a una estación policial citados por autoridades turcas. Allí, contrario a lo que esperaban, fueron arrestados por realizar actividades en “contra de la seguridad nacional”. Días más tarde la mujer fue liberada, pero el hombre quedó detenido hasta ahora y arriesgando por lo bajo 15 años de cárcel.
El caso es prioridad para el gobierno de Estados Unidos, y las gestiones para liberar al pastor han sido encabezadas por el presidente Donald Trump, el vicepresidente Mike Pence y el exsecretario de Estado Rex Tillerson, quienes en los últimos días han aumentado las presiones.