La apasionante historia de Gerda Taro, la intrépida fotógrafa de guerra que celebra Google
Sus fotografías y las de su pareja, Endre Ernő Friedmann, dieron la vuelta al mundo firmadas bajo el seudónimo de Robert Capa. A 108 años de su nacimiento, se conmemora su valentía y el legado en imágenes de conflictos bélicos que dejó. Un oficio por el que dio su vida.
Google conmemora con una ilustración en su buscador los 108 años desde el nacimiento de Gerta Pohorylle, más conocida por su seudónimo Gerda Taro, considerada la primera mujer fotoperiodista de guerra y la primera en fallecer ejerciendo este oficio.
Gerda Taro logró transmitir su sensibilidad crítica a través de fotografías en blanco y negro que mostraron detalles crudos de los conflictos bélicos de principios del siglo XX. Un legado que no habría sido posible sin el giro en su vida que provocó una corta pero intensa historia de amor.
Taro creció en Alemania en una familia burguesa judía. Debido a la llegada de Adolf Hitler en 1933, tuvo que trasladarse a París. Allí conoció al joven fotógrafo Endre Ernő Friedmann, dos años menor que ella. Y se enamoraron.
Friedmann le enseñó lo que él sabía de fotografía. Y ante las escasas posibilidades de trabajar, inventaron el personaje ficticio de Robert Capa, un reconocido fotógrafo estadounidense, a través del cual comenzaron a distribuir fotos de la guerra.
Gracias a la calidad del trabajo y la imponencia que proyectaba el personaje ficticio, sus imágenes dieron la vuelta al mundo. La pareja, en tanto, antes de revelar que eran las personas detrás de las fotos, se presentaban como representantes de Robert Capa.
En julio de 1937, a los 26 años, Gerda Taro culminó su corta y arriesgada carrera. Cuando cubría la Guerra Civil Española en primera línea de batalla, cayó de un auto y un tanque la aplastó causándole la muerte.
“Las tropas la amaban y ella siguió presionando. Friedmann le advirtió que no tomara tantos riesgos”, cuentan en su biografía.
Pese a la muerte de Taro, el personaje Robert Capa siguió con la fotografía bélica. Endre Ernő Friedmann continuó el legado hasta 1954, cuando en una cobertura de la Guerra de Indochina pisó una mina que explotó y le produjo heridas que causaron su muerte.