Carlos Peña reflexiona sobre caso de “La Manada” y acusaciones contra Abreu: Las mujeres “ven negada su voluntad respecto de sus vidas”
El doctor en filosofía y rector de la UDP se refirió a las recientes denuncias de abuso sexual contra el director de televisión y el polémico fallo de la justicia española por el caso de “La Manada”. En su carta apunta contra las construcciones sociales y el concepto de “género” como “asignación artificial de papeles” que “acaba subordinando de múltiples y torcidas formas a las mujeres”.
Carlos Peña, doctor en filosofía y rector de la U. Diego Portales, escribió una carta en El Mercurio en donde se refirió a dos casos recientes y mediáticos: el de “La Manada”, donde cinco hombres violaron a una mujer, pero que la justicia española determinó que sólo se trató de abuso; y el de las acusaciones por abuso sexual en contra de Herval Abreu, director de conocidas teleseries en Canal 13.
Sobre ambas situaciones, Peña dijo que “plantean un problema de urgente consideración: el abuso normalizado, naturalizado, al extremo de considerar que quienes ahora lo denuncian eran en verdad partícipes“.
“¿Acaso esas mujeres -se dirá- se opusieron a lo que ahora se quejan?”, ejemplificó.
El académico, quien además es abogado y magíster en sociología, explicó que en la sociedad las mujeres “ven negada su autonomía” y “la soberanía de su voluntad respecto de sus vidas“. Para ello, citó como ejemplo una entrevista de Truman Capote a Marilyn Monroe, y el libro “Casa de muñecas”, del dramaturgo noruego Henrik Ibsen.
“Tanto Capote como Ibsen -separados por casi un siglo, y escribiendo desde realidades tan diversas- muestran en esas escenas la que quizás sea la circunstancia que, todavía, a pesar de todos los esfuerzos, los discursos y los empeños, sigue caracterizando la vida cotidiana de muchas mujeres: padecer de esa dominación casi atmosférica (…) vivir muchas veces y tolerar actos y conductas sin que nadie medie su consentimiento, su auténtico consentimiento interior”, escribió.
La tesis de Peña es que la responsabilidad de esta conducta social normalizada corresponde al concepto de “género”, al que define como “una de las construcciones sociales más porfiadas de todas las que existen en la cultura que, disfrazada con el ropaje de la naturaleza, dispone para las mujeres una posición de desventaja en la vida social”.
“El género es una definición social de los papeles que a cada uno cabe en este mundo, que parece mimetizarse con la eternidad; pero que es contingente y está atada a ciertos intereses, a una cierta disposición de la estructura social que acaba subordinando de múltiples y torcidas formas a las mujeres“, aseguró.
“Tanto La Manada como el director de televisión o cualquier otro en una situación como la suya, esgrimirán la cultura y las costumbres, además de la inacción de las víctimas, como coartadas para evitar el reproche y la pena; pero si se tolera que lo hagan, se estará consintiendo que sea el género, esa asignación artificial de papeles, el que acabe teniendo la última palabra”, concluyó.
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